Numerosas voces, incluidas las de familiares de rehenes secuestrados en Gaza, se alzaron el martes en Jerusalén para exigir la dimisión del primer ministro ultranacionalista Benjamin Netanyahu, a quien acusan de haber «defraudado» la confianza del pueblo.
Una de las manifestantes, Einav Zangauker, señaló: «Usted nos llama ‘traidores’ cuando en realidad es usted quien ha traicionado a su pueblo, a sus votantes, al Estado de Israel». Su hijo, Matan, figura entre los rehenes en manos de Hamás desde el mortal ataque de milicianos islamistas en el sur de Israel, que desencadenó el conflicto en Gaza.
El ex primer ministro laborista Ehud Barak instó a celebrar «elecciones ya», una opción que Netanyahu ha rechazado hasta el momento.
Mientras tanto, Netanyahu ha expresado su intención de llevar a cabo una operación terrestre en Rafah, al sur de Gaza, como parte de su campaña para derrotar a Hamás.
Barak argumentó que Israel no puede esperar para convocar elecciones hasta lograr esos objetivos y advirtió sobre posibles consecuencias mortales para los rehenes si la situación no se resuelve pronto.
La guerra estalló el 7 de octubre con un ataque de milicianos islamistas que dejó más de mil civiles muertos en el sur de Israel y unos 250 rehenes tomados. Aunque algunos han sido liberados, muchos permanecen en Gaza, donde la situación humanitaria es crítica.
