Liudmila Naválnaya, madre del líder opositor ruso Alexéi Navalni, quien falleció la semana pasada en prisión, acusó a las autoridades de intimidarla y de planear un entierro secreto para impedir que los seguidores de su hijo puedan rendirle un último adiós. En un video publicado en el canal de Telegram del equipo de Navalni, Naválnaya declaró que las autoridades, supuestamente bajo órdenes del Kremlin o del Comité Central del Comité de Instrucción, buscan realizar el funeral en secreto, sin permitir a sus seguidores despedirse del que consideran el principal enemigo del presidente Vladímir Putin.
En el mismo video, Naválnaya expresó su rechazo a estas condiciones y su deseo de que aquellos que apreciaban a Alexéi tengan la oportunidad de despedirse de él. Además, denunció haber recibido amenazas, afirmando que los investigadores le advirtieron sobre las consecuencias de rechazar un funeral secreto.
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La madre de Navalni insistió en que se respete la ley y exigió la entrega inmediata del cuerpo de su hijo, quien falleció en la prisión ártica de «Lobo Polar». Afirmó que los expertos rusos conocen la causa de la muerte, pero se niegan a entregar el cuerpo. Además, reveló que las autoridades le impusieron tres condiciones: mantener en secreto el funeral, ser acompañada por un representante del Comité de Instrucción durante el sepelio y decidir la fecha y lugar del entierro solo al llegar a Moscú con el cadáver.
La portavoz de Navalni, Kyra Yarmish, informó que el certificado médico firmado por la madre indica que el opositor murió de «causas naturales». Por su parte, el abogado Iván Zhdánov afirmó que las autoridades impusieron estas condiciones a la madre de Navalni, comparándolas con el entierro secreto del jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin.
Recientemente, la madre de Navalni envió una carta al presidente ruso, Vladímir Putin, solicitando la entrega del cadáver de su hijo, mientras que sus colegas presentaron una demanda ante los tribunales para acelerar el proceso. La viuda de Navalni, Yulia, y su equipo responsabilizan directamente a Putin de ordenar el asesinato de su principal oponente político, aunque el Kremlin ha negado estas acusaciones y ha instado a esperar los resultados de la autopsia.
