Los resultados de las elecciones legislativas de Francia de este domingo cartografían un escenario de difícil gobernabilidad para el presidente de la República, Emmanuel Macron. En este escenario, su partido Ensamble tendría más facilidad a la hora de llegar a acuerdos con la izquierda y con la derecha, a pesar de ser la segunda fuerza del país.
La alianza de Macron con Nuevo Frente Popular (NFP) para registrar el candidato más competitivo entre las dos fuerzas en cada distrito dificulta las posibilidades de pactar con Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen. Así lo ha anunciado Jordan Bardella, cabeza de lista de RN: “Estos acuerdos electorales arrojan a Francia en brazos de la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon”. De manera que a Macron sólo le queda la izquierda.
Pero el NFP tampoco es socio fiable para Macron. De hecho, el presidente de Francia declaró hace poco que no pactaría con La Francia Insumisa (LFI), el partido que lidera Mélenchon y que tiene mayoría dentro de la coalición del NFP.
La estrategia de Macron es pactar con cada uno de los partidos que integran NFP a excepción de LFI, que según algunos analistas parece inviable puesto que el triunfo se debe a la coalición y no a los partidos individuales que la integran.
Con todo, se aprecian ya algunas diferencias dentro de NFP. Mélenchon exige a Macron formar gobierno “sin negociar” su programa. Por su parte, François Hollande ha insistido en que la izquierda, a pesar de ganar más escaños, sigue en minoría al no llegar a la mayoría absoluta por lo que es imprescindible pactar y afirma que “la izquierda debe tener calma”.
De momento, Macron debe de decidir si acepta la dimisión del primer ministro y cabeza de lista de Ensemble, Gabriel Attal, quien como es tradicional ya ha ofrecido su cargo después del resultado electoral. Sin embargo, Attal también se ha ofrecido a liderar el gobierno provisional hasta que se establezcan los pactos necesarios para la gobernabilidad, por lo que su dimisión parece sólo un gesto hacia los franceses, puesto que todo indica que Macron no aceptará su renuncia.
El resultado de las elecciones sólo deja dos opciones: o se llega a un pacto o el gobierno de Francia estará un año bloqueado. Por ley, no es posible disolver la Asamblea General hasta la celebración de elecciones dentro de 12 meses. A partir del 18 de julio es posible que lleguen los primeros acuerdos, puesto que entonces se integrará la nueva Asamblea General y se elegirá al presidente de la misma.
