El término ultraderecha se refiere a los partidos conservadores del arco político europeo. Ayer recibieron un fuerte respaldo en las elecciones al Parlamento Europeo (PE). Todas estas formaciones coinciden en propuestas que los convierten en un bloque informal a la búsqueda de objetivos semejantes. El éxito obtenido implica un cambio en las prioridades de la Unión Europea (UE), relegando la Agenda 2030 y el combate al cambio climático, atendiendo a la migración según demandan los países y no el PE, fortaleciendo las familias, priorizando el campo y la ganadería de los países miembros, recuperando las tradiciones nacionales y la identidad de la cultura cristiana.
La líder del partido Agrupación Nacional de Francia subraya la importancia de “expulsar a los inmigrantes ilegales” y fomentar la natalidad de las familias europeas para contener la migración. Se ha constituido en la primera opción política francesa con el 31,5% de los votos, obligando al presidente de la República a convocar elecciones generales.
Alternativa para Alemania (AfD) ha sido la segunda fuerza más votada en Alemania al conseguir el 16% de los votos. Entre sus propuestas se registra la “deportación” masiva de inmigrantes ilegales y robustecer la “fortaleza de Europa”. En política exterior, aboga por un acercamiento a Rusia y la cancelación de las sanciones económicas decretadas en contra de Moscú.
Fretelli d’Italia es el partido de Giorgia Meloni, figura emergente de la política europea, que ha obtenido 23 escaños en el PE. Al igual que los anteriores, Hermanos de Italia defiende la expulsión de los migrantes ilegales y la lucha contra el islamismo. A semejanza de Agrupación Nacional de Francia, pretende promover la familia y abolir el aborto bajo el lema “Dios, Patria y Familia”.
El español VOX también se posiciona en contra de la migración ilegal reclamando políticas severas y en defensa de los productos españoles con la consiguiente defensa del campo y la ganadería nacionales.
La mayoría de los partidos de derecha, sin confundirse necesariamente, comparten propuestas en sus programas que los transforman en un bloque cohesionado aunque pertenezcan a formaciones distintas en el PE.
Estos partidos reclaman la vuelta a la identidad europea defendiendo la cultura cristiana frente a la islamización vertiginosa; promueven la implementación de políticas contra la migración ilegal al mismo tiempo que protegen y fomentan la familia europea; reclaman mayor seguridad en las calles mediante reformas a los códigos penales con sanciones más estrictas particularmente a asesinos y delincuentes sexuales.
La energía es otro ámbito en torno al que coinciden estos partidos pero que se oponen a las políticas actuales de la UE. Algunas formaciones, como VOX y Hermanos Italianos, defienden la vuelta a la energía fósil y nuclear frente a las energías verdes todavía ineficientes y caras. Consideran que Europa debe recuperar su independencia energética y situarse a la cabeza del sector en lugar de apostar por las energías renovables que detienen el desarrollo europeo.
En relación con el cambio climático, no todos los conservadores coinciden en el diagnóstico. Para AfD no es ninguna prioridad puesto que a su juicio se trata de un cambio natural y no provocado por la acción del ser humano.
En lo económico se aprecian mayores diferencias, oscilando entre el liberalismo y el estatismo. El partido de Marine Le Pen apuesta por una economía estatista, con intervención del Estado para asegurar políticas proteccionistas como la construcción de vivienda social, la nacionalización de empresas o fondos de garantías para el alquiler de viviendas. VOX, por su parte, tiene una visión liberal defendiendo la economía de mercado y evitando la intromisión del Estado en la vida de los ciudadanos.
