El fundador de Wikileaks, Julian Assange, se declaró culpable de un único delito grave por publicar secretos militares de Estados Unidos, en un acuerdo con el Departamento de Justicia estadounidense que garantiza su libertad y pone fin a una saga legal que planteaba cuestiones controvertidas sobre la libertad de prensa y la seguridad nacional.
La declaración de culpabilidad se produjo por la mañana en la corte federal de Saipán, capital de las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense situado en el Pacífico. Assange llegó al tribunal poco antes del comienzo de la audiencia, vestido con un traje oscuro y la corbata suelta, e ingresó al edificio sin responder preguntas.
Aunque el acuerdo con los fiscales lo obliga a admitir su culpabilidad en un único cargo, también le permitirá regresar a su Australia natal sin pasar ningún tiempo en una prisión estadounidense. Assange había estado encarcelado en el Reino Unido durante los últimos cinco años, luchando contra su extradición a Estados Unidos por una acusación bajo la Ley de Espionaje que podría haber conllevado una larga pena de prisión.
El acuerdo permite a ambas partes atribuirse cierta victoria, ya que el Departamento de Justicia ha podido resolver sin juicio un caso que planteaba espinosas cuestiones jurídicas y que podría no haber llegado nunca a un jurado dado el lento ritmo del proceso de extradición. Mientras tanto, la esposa de Assange, Stella, dijo a la cadena BBC que estaba “eufórica” por la noticia.
Wikileaks, el sitio web de filtración de secretos que Assange fundó en 2006, aplaudió el anuncio del acuerdo y dijo que estaba agradecido con “todos los que estuvieron a nuestro lado, que lucharon por nosotros y que permanecieron totalmente comprometidos en la lucha por su libertad”.