Hoy han iniciado las campañas de los partidos políticos para el parlamento catalán en una votación a efectuarse el 12 de mayo. Los partidos que concurren son los independentistas Junts (partido de derecha), Aliança Catalana (extrema derecha), Esquerra Republicaba de Catalunya (izquierda), Candidatura d’Unitat Popular (izquierda), En Comú Podem (izquierda); y los nacionales Partido Socialista de Cataluña (izquierda), Partido Popular (derecha), Vox (ultraderecha). Muchos partidos para repartirse 135 escaños en las provincias de Barcelona, Tarragona, Gerona y Lérida. La mayoría absoluta se sitúa en 68 escaños. Según las más recientes encuestas del Centro de Estudios de Opinión (CEO), ningún partido podrá gobernar en solitario. Todo indica que los partidos con más votos deberán de pactar a fin de formar gobierno.
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Estas elecciones destacan por la indiferencia con que han sido recibidas por los ciudadanos catalanes con derecho a voto. Según el CEO el 78% de los encuestados manifiestan poco interés ante las campañas electorales; el 38% muestra absoluta indiferencia en el proceso. Al contrario, el 16% exhibe interés significativo y el 4% está muy interesado. Las auscultaciones señalan que el votante actual define su voto por la calidad de la gestión en vez de por criterios ideológicos. La segunda prioridad es la situación económica. En tercer lugar preocupa el cambio climático y la financiación de Cataluña aparece en cuarto lugar. La inmigración irrumpe por primera vez como factor decisivo para los catalanes. Tanto la amnistía para los golpistas de 2017 como la independencia de Cataluña apenas despiertan interés.
En cuanto a las preferencias de los partidos en estos momentos, se estima que el PSC recibirá 40-47 escaños; Esquerra Republicana, entre 31-37 y Junts, 28-34. El resto de partidos se reparten los restantes. Lo relevante es que el gobierno saldrá de un pacto entre PSC y Esquerra o entre PSC y Juntos, puesto que la suma de Junts y Esquerra no alcanza los 68 escaños requeridos para formar gobierno. De manera que un partido en principio nacional, el PSC, deberá pactar con otro independentista, Junts o ERC. La situación es incómoda para el gobierno central porque necesita del apoyo de las dos fuerzas para mantenerse en el gobierno. No es descartable que decantarse por uno conlleve la retirada del apoyo para el gobierno de Pedro Sánchez. Hace unos días, Carles Puigdemont, candidato de Junts para presidir la Generalidad, amenazó con que retiraría el apoyo al gobierno de Sánchez si no era elegido presidente de la Generalidad.
Todo indica que esta campaña estará marcada por la rivalidad entre Junts y ERC pues lo probable es que el PSC invite al gobierno al partido que gane más escaños para pretextar una u otra elección. Se conjetura que la ausencia de Pedro Sánchez de cuatro días con objeto de reflexionar si presenta o no su dimisión se dirige a recabar suficientes votos en Cataluña como para que el candidato del PSC, Salvador Illa, pueda gobernar en solitario.
