En un enfrentamiento marcado por la intensidad y los ataques mutuos, Kamala Harris y Donald Trump no dudaron en buscar los puntos débiles del otro durante el segundo debate presidencial de Estados Unidos, que se celebró ayer en Filadelfia y fue organizado por ABC News.
Ambos candidatos dedicaron los 90 minutos del debate a destacar las supuestas fallas del otro, en un intento por reforzar sus propios argumentos y desacreditar al rival. La campaña de Trump lo declaró como «el claro ganador» tras exponer lo que calificaron como «el desastroso historial de fracasos de Harris que ha perjudicado a los estadounidenses en los últimos cuatro años».
Trump pinta un panorama sombrío
El expresidente describió un Estados Unidos en declive bajo la administración de Harris, advirtiendo que la nación podría encaminarse hacia una tercera guerra mundial si los demócratas continúan en el poder. También criticó duramente las políticas migratorias de la actual administración, afirmando que la llegada masiva de inmigrantes está afectando negativamente a las ciudades del país. “Lo que han permitido que ocurra en nuestras ciudades es imperdonable”, afirmó.
Además, Trump volvió a señalar lo que considera la incapacidad de Harris para cumplir sus promesas, recordando que lleva casi cuatro años en el poder sin lograr sus objetivos clave.
Estrategias y ataques personales
El tono del debate estuvo marcado por continuos ataques personales. Trump tildó a Harris de “radical marxista” y acusó a su administración de llevar a Estados Unidos al borde del colapso. Harris, por su parte, no perdió la oportunidad de lanzar miradas burlonas y sonrisas incrédulas mientras Trump hablaba, lo que dejó en evidencia la tensa relación entre ambos.
Uno de los puntos más álgidos fue el tema del aborto, con Harris prometiendo proteger el derecho al aborto mediante una ley federal, mientras que Trump reiteró su apoyo a excepciones en los casos de violación, incesto y peligro para la vida de la madre.
La guerra en Ucrania, el conflicto en Gaza y las elecciones de 2020 también fueron motivo de enfrentamiento, con ambos candidatos presentándose como la mejor opción para el futuro del país. Trump acusó a Harris de “odiar a Israel”, a lo que la vicepresidenta respondió reafirmando su compromiso con la nación israelí.
El tema de Afganistán
Uno de los temas candentes fue la retirada de Afganistán. Trump defendió el acuerdo negociado por su gobierno con los talibanes, alegando que bajo su liderazgo la salida de las tropas habría sido más organizada y sin pérdidas humanas. Harris, por su parte, defendió la decisión de la administración Biden de ejecutar la retirada, aunque criticó la estrategia de negociación inicial de Trump, que incluyó una fecha fija para la salida de las tropas en mayo de 2021.
Harris responde con contundencia
La vicepresidenta Kamala Harris no se quedó atrás en los ataques. Señaló las múltiples acusaciones penales contra Trump y se burló de sus críticas sobre la delincuencia, calificando de «irónico» que un candidato con su historial hiciera esos comentarios. Harris también advirtió sobre los peligros que conllevaría una posible reelección de Trump, sugiriendo que el expresidente buscaría inmunidad ante cualquier acusación judicial.
En uno de los momentos más controversiales, Trump afirmó que inmigrantes en Springfield, Ohio, estaban comiendo perros y gatos. Harris, entre risas, calificó la declaración como “extremista”. Incluso uno de los moderadores del debate tuvo que intervenir para desmentir la acusación, citando a las autoridades locales que no han registrado denuncias de este tipo.
Encuestas ajustadas
Con menos de dos meses para las elecciones del 5 de noviembre, las encuestas muestran una reñida competencia. Harris mantiene una ligera ventaja sobre Trump con apenas 2.7 puntos porcentuales, según datos de FiveThirtyEight, lo que sugiere que cualquier movimiento en los próximos debates podría ser crucial para definir el rumbo del país.