Fuerzas Armadas en Ecuador logra control de cárceles

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Este domingo, las Fuerzas Armadas de Ecuador mantuvieron sus unidades desplegadas en diversas cárceles del país, continuando con el objetivo de lograr el control total de las instalaciones que han estado ocupadas por grupos de reclusos durante la última semana.

Las operaciones, llevadas a cabo en coordinación entre la Policía, militares y agentes penitenciarios, persistieron después de la liberación de más de 150 guardias y empleados administrativos penitenciarios que habían sido tomados como rehenes por los reclusos.

En el Centro de Privación de Libertad Número 1 Azuay, conocida como Cárcel de Turi, en Cuenca, se concentró un significativo contingente de soldados y policías para intervenir y recuperar el control de la prisión. Equipos tácticos participaron en la operación, que resultó en el sometimiento de los reclusos.

Las imágenes mostraron a los prisioneros formando filas bajo la custodia de los uniformados armados. A diferencia de días anteriores, no se registró la presencia de reclusos en los techos ni se escucharon detonaciones durante la intervención.

Operaciones similares se llevaron a cabo en otras cárceles del país que también habían sido tomadas por reclusos al inicio de la semana, marcando una semana caótica en Ecuador con violencia en las prisiones que se extendió a las calles.

El presidente Daniel Noboa declaró un estado de excepción a nivel nacional y admitió «un conflicto armado interno» para permitir la intervención de las Fuerzas Armadas y neutralizar a los grupos delictivos identificados como «terroristas». La liberación de todos los rehenes en varias cárceles, apoyada por representantes de las Iglesias católica y evangélica, fue confirmada por Noboa.

En la cárcel de Esmeraldas, más de mil efectivos militares continuaron la intervención para recuperar la tranquilidad, según el jefe de la zona 1 de la Policía, Norman Cano. En otras prisiones, como Loja y Machala, las intervenciones también fueron exitosas, marcando el control recuperado.

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La violencia en las cárceles ecuatorianas, impulsada por disputas internas entre grupos delictivos, ha dejado más de 450 presos asesinados desde 2020 en una serie de masacres carcelarias. La agitación se ha trasladado a las calles, posicionando a Ecuador como uno de los países más violentos del mundo con 45 homicidios intencionales por cada 100 mil habitantes en 2023.

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