Este lunes, Francia hizo historia al ser el primer país en incorporar el derecho al aborto en su Constitución con 780 votos a favor y 72 en contra, superando ampliamente el umbral mínimo de 512 votos requeridos entre diputados y senadores.
Este acontecimiento sin precedentes ha sido aclamado por grupos defensores de los derechos de las mujeres como un hito histórico, mientras que ha recibido duras críticas por parte de los grupos antiaborto.
A pesar de las objeciones de la derecha y parte de la extrema derecha, el presidente Emmanuel Macron finalmente ha obtenido los respaldos necesarios para modificar la constitución francesa. Al incluir una declaración sobre la «libertad» de optar por la interrupción voluntaria del embarazo, Francia asegura al máximo un derecho fundamental de las mujeres y previene que futuros gobiernos conservadores puedan cuestionar o retroceder en el derecho al aborto. «Me comprometí a garantizar de manera irrevocable la libertad de las mujeres para abortar», declaró Emmanuel Macron el jueves.
Las encuestas revelan que aproximadamente el 80% de los ciudadanos franceses respaldan el derecho de la mujer a interrumpir su embarazo. «Francia está liderando el camino», declaró la presidenta de la cámara baja del Parlamento, Yaël Braun-Pivet, al inaugurar una sesión conjunta de ambas cámaras en el majestuoso Palacio de Versalles.
«Estoy orgullosa de este Congreso, que afirmará que el derecho al aborto será ahora parte de nuestra ley fundamental», añadió.
Esta decisión, que reconoce el derecho constitucional de las mujeres al aborto, ha motivado a los activistas a instar a Francia a ser pionera en la protección de este derecho de manera clara en su legislación básica.