Exesposa y exnovia de Hunter Biden declaran en su contra

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El juicio de Hunter Biden por haber mentido sobre su toxicomanía a la hora de adquirir una licencia de armas en 2018 lo convierte en el primer hijo de un presidente de Estados Unidos en sentarse en el banquillo de los acusados.

Este miércoles declararon la exesposa de Hunter, Kathleen Buhle, y su exnovia, Zoe Kestan. Ambas rindieron su testimonio sobre los trastornos que el consumo de estupefacientes causaba en él, así como las cantidades de dinero que destinaba a adquirirlas.

Kathleen Buhle estuvo casada con el acusado durante 24 años, con quien tuvo tres hijas. Conoció a Zoe Kestan en 2017 en un club para hombres de Nueva York manteniendo con ella una relación efímera. A pesar de los esfuerzos de Hunter por demostrar ante el jurado que ya entonces no era adicto, los testimonios indicaron todo lo contrario.

The New York Times recoge que Buhle calificó de “impactante” cuando descubrió una pipa de crack usada en un cenicero en julio de 2015. El acusado admitió entonces su dependencia de esta droga. También relató que cuando se subía al coche con sus hijas, lo registraba para asegurarse de que “no iban en un coche con drogas”.

Kestan, por su parte, narró que Hunter es un “encantador derrochador al que le gustaba la buena vida y la fiesta”. En su declaración ofreció detalles como la ayuda que trató de proporcionarle para que dejara las drogas o que le había visto fumando crack “arrancando cristales de una enorme roca del tamaño de una pelota de ping pong”.

La defensa buscó restar credibilidad a este último testimonio alegando que Kestan le había presentado a traficantes de droga. También añadió que no podía saber si Hunter había iniciado su rehabilitación porque no estaba con él cuando adquirió el arma de fuego, un revólver Colt 45.
Todavía queda por confirmar la comparecencia como testigo de Hallie Biden, cuñada de Hunter y viuda de su hermano Beau.

El juicio a Hunter Biden tiene lugar a unos meses de que se celebren las elecciones presidenciales en que su padre, Joe Biden, busca la reelección. Su origen se sitúa en una investigación abierta en 2018, siendo inquilino de la Casa Banca Donald Trump.

El acusado tiene que defenderse de tres cargos en su contra: mentir para adquirir licencia de armas, firmar una falsedad en la solicitud federal de ramas de fuego y guardar en su poder un revólver obtenido de manera ilegal en octubre de 2018.

En caso de ser encontrado culpable, Hunter Biden podría enfrentar una condena de 25 años de prisión y 750.000 dólares de multa. Varios eximentes juegan a su favor, como el hecho de no haber usado el arma en otro delito, circunstancia que rebaja significativamente la pena de cárcel.

Además, tiene pendiente otro juicio en California, acusado de evasión fiscal por un importe de 1,4 millones de dólares.

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