Un impactante informe ha sacudido a Reino Unido al revelarse que más de 30 mil pacientes fueron expuestos a sangre contaminada con VIH y hepatitis durante transfusiones y otros tratamientos médicos.
Este grave escándalo, que se remonta a las décadas de 1970 y 1980, ha sido confirmado recientemente por las autoridades del National Health Service (NHS). El informe, con sus 2000 páginas, es el resultado de una investigación que duró casi seis años y que el gobierno británico inició en 2017 tras décadas de presión por parte de las víctimas y sus familias.
Entre los casos más alarmantes se encuentran 122 estudiantes hemofílicos que recibieron sangre contaminada entre 1970 y 1987, de los cuales solo 30 sobreviven actualmente. Las transfusiones de sangre infectada continuaron hasta 1991, resultando en la muerte de aproximadamente 2 mil 900 personas, incluyendo tanto adultos como niños. Este caso revela una negligencia impactante por parte de las autoridades de salud, que ha tenido consecuencias fatales para miles de personas.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, ofreció una sincera disculpa a las víctimas y sus familias por uno de los más graves desastres de salud del país. «Este día representa una vergüenza para el estado británico», expresó ante los parlamentarios en la Cámara de los Comunes, donde ofreció una disculpa franca y categórica por lo que describió como fallas recurrentes de los funcionarios británicos.
“Lo siento de verdad”, dijo, pocas horas después de la publicación de un informe largamente esperado que identificaba un “catálogo de fallos” a lo largo de dos décadas por parte de funcionarios gubernamentales y médicos británicos, la mayoría de ellos errores evitables que luego fueron encubiertos
Prometió que el gobierno pagaría una “indemnización integral” a los infectados y a sus familias, pero dijo que los detalles de esos planes se darían a conocer el miércoles. También prometió que el gobierno estudiaría las “amplias recomendaciones” del informe para evitar que se repitan los fallos.
Exposición
El VIH, o Virus de Inmunodeficiencia Humana, ataca el sistema inmunológico, dejándolo vulnerable a diversas enfermedades. Se transmite a través de fluidos corporales como sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna. Las transfusiones de sangre presentan un riesgo de transmisión del VIH cuando la sangre donada está contaminada con el virus. En décadas pasadas, la falta de pruebas adecuadas y protocolos de seguridad llevó a que muchos pacientes recibieran sangre infectada sin saberlo.
Actualmente, gracias a rigurosos controles y pruebas de detección, el riesgo de contraer VIH a través de transfusiones es extremadamente bajo. Sin embargo, este escándalo subraya la importancia de mantener altos estándares de seguridad en los procedimientos de donación y transfusión sanguínea para prevenir cualquier posible contagio.
Es crucial que se investiguen a fondo estas prácticas negligentes y se tomen medidas para evitar futuros casos de este tipo, garantizando la seguridad de los pacientes y la integridad del sistema de salud.
Con información The New York Times
