Joe Biden y Donald Trump se preparan junto con sus equipos para afrontar el debate de mañana jueves, en la sede de CNN en Atlanta a las 9 p.m. hora del Este, 7 de la noche tiempo de México. Será el tercer duelo entre ambos y, a pesar de que hay otro programado, no falta quien asegura que será el último. El debate es importante. Sin duda, los candidatos pueden seducir a votantes indecisos, pero sobre todo exhibirán sus virtudes como futuros inquilinos de la Casa Blanca. Dados los muchos temas, acuciantes algunos, a priori se antoja un encuentro ágil y agresivo que ganará no quien tenga mejores argumentos sino quien los trasmita mejor y deje en evidencia al adversario.
El candidato republicano y expresidente, Donald Trump, ya ha avisado que no guardará las formas, recurriendo a golpes bajos como sugiere la petición de una retahíla de insultos y descalificaciones para dirigirlos a Biden. Desde hace unos días ya empezó a calentar el debate, burlándose de las canas de su rival como estrategia para denunciar su edad y, más allá, sus extraños padecimientos. Frente a Trump, el actual presidente y candidato demócrata, Joe Biden, ensaya simulacros de debates uno tras otro para mostrar la agilidad necesaria a la hora de responder con solvencia y convicción al predecible juego sucio que desplegará su adversario.
Ambos están cuidando hasta el mínimo detalle de un encuentro que es calificado como el más importante desde hace décadas.
Los dos candidatos todavía no han sido nominados oficialmente, a falta de que se celebren las convenciones nacionales de sus respectivos partidos.
Joe Biden se trasladó a Camp David el viernes pasado para preparar el debate junto con sus asesores. El fin de semana Donald Trump asistió a un mitin en Washington y otro en Filadelfia, en que generó espectativas sobre el nombre de su vicepresidente que finalmente no reveló.
Trump preguntó a los asistentes al mitin de Filadelfía si debía comportarse “duro y desagradable” en el debate y les pidió que eligieran entre “corrupto Joe” o “Dormido Joe” para descalificar a su rival. Al mismo tiempo, reiteró sus críticas sobre la política migratoria y el aumento de la criminalidad de la actual administración.
No han faltado referencias a los 81 años de Biden, que presumiblemente repetirá en el cara a cara. “Joe ha ido a una cabaña de madera para estudiar y prepararse y ahora está durmiendo. Le pondran la inyección antes (del debate)”, ha dicho.
Estas palabras contradicen otras que expresó recientemente en una entrevista en el pod-cast “All IN”, en que el candidato de 78 años aseguró que a Biden no hay que “subestimarlo”.
Por parte de Biden, todo se mantiene en estricto hermetismo. Sólo se ha filtrado que Bob Bauer, abogado personal del presidente, hace las veces de Trump en los ensayos de debate.
Con seguridad, Biden recordará durante el enfrentamiento que Trump es “un delicuente convicto” y “el arquitecto” de la anulación de las protecciones federales a la ley del aborto.
Los dos equipos están enfocados en aprovechar los momentos virales en las redes sociales de las presentaciones de los candidatos. Para el debate, están convencidos de que las propuestas no son relevantes, así como tampoco acusaciones o datos falsos que si no se contestan en el momento luego ya será irrelevante.
Esta semana Trump está recluido en su casa de Mar-a-Lago, Florida, con su equipo de campaña, asesores y consejeros, para centrar el cara a cara en ataques relativos a la política exterior, la inflación, la inmigración como asunto principal y el incremento de la violencia como su consecuencia.
También analiza la manera de tratar el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, que Biden ya se apresuró a calificar de ataque a la democracia americana.
Joe Biden saldrá de Camp David el jueves con dirección Atlanta, acompañado de su esposa y primera dama, Jill Biden. El viernes el matrimonio se desplazará a Carolina del Norte para un acto de campaña en Raleigh.
Por su parte, Donald Trump tiene previsto el viernes un mitin en una granja de Virginia, acompañado del gobernador del estado, el republicano Glenn Youngkin.