La familia real británica ha sido el centro de atención mediática en las últimas semanas debido a problemas de salud.
Desde la operación abdominal de Kate Middleton el 17 de enero hasta el diagnóstico de cáncer de próstata del rey Carlos III y el cáncer de piel de Sarah Ferguson, la Casa Real ha enfrentado una serie de desafíos en este comienzo de 2024.
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Ante esta situación, el príncipe Guillermo ha tenido que asumir un papel más prominente como representante visible de la monarquía británica. Aunque inicialmente planeaba mantener un perfil bajo para apoyar a su esposa durante su recuperación, el diagnóstico de su padre lo ha obligado a tomar la delantera.
Guillermo se ha visto ante una gran presión, similar a la que enfrentó su abuela, la reina Isabel II, cuando tuvo que asumir responsabilidades antes de lo previsto debido a la enfermedad de su padre. Este cambio repentino ha sido descrito por el biógrafo real Robert Jobson como una prueba de fuego para el príncipe.
Desde que se hizo público el estado de salud de su padre, Guillermo ha tenido que presidir varios eventos, incluida una ceremonia de investidura en el Castillo de Windsor y una Gala Benéfica en Londres, donde agradeció el apoyo recibido por su familia.
Mientras tanto, Kate Middleton, durante su recuperación, ha optado por trasladarse a Norfolk para estar cerca de su suegro y disfrutar de un ambiente más tranquilo junto a sus hijos. Según informes, su recuperación está progresando favorablemente.
La Casa Real Británica se enfrenta así a una situación desafiante, pero tanto Guillermo como Kate están mostrando resiliencia y determinación para superar estos momentos difíciles.