Las Fuerzas Armadas de Bolivia han decidido la baja «sin goce de haberes» ni grado del excomandante del Ejército Juan José Zuñiga y de otros cuatro exjefes, investigados por el alzamiento militar del pasado 26 de junio, que el Gobierno de Luis Arce considera un «golpe de Estado fallido».
La resolución fue emitida por el Tribunal Superior de Personal de las Fuerzas Armadas, encargado del «sumario investigativo» contra los cuatro generales y un vicealmirante implicados en los sucesos de junio, informó el ministro de Defensa, Edmundo Novillo. «Esta baja consiste en la separación definitiva del servicio activo sin goce de haberes, grado, honores y uniforme», detalló Novillo.
Además de Zuñiga, fueron dados de baja los exjefes militares Marcelo Zegarra, Juan Mario Ponce y Franz Ordónez, así como el vicealmirante Juan Arnez, todos notificados con la resolución.
Los otros militares de «menor graduación» incluidos en la investigación también están siendo «procesados en sumarios» en sus respectivas fuerzas, y se espera que entre este viernes y sábado se emitan las resoluciones con las sanciones correspondientes, agregó el ministro.
El 26 de junio, varios militares bajo el mando de Zuñiga tomaron la sede presidencial en La Paz por unas horas, llegando a derribar con un tanque la puerta del antiguo Palacio de Gobierno.
El presidente Arce relevó al jefe militar ese mismo día, lo que llevó a Zuñiga y las tropas a replegarse. El excomandante fue detenido y actualmente está recluido preventivamente en una cárcel en el centro del país, siendo procesado junto a una veintena de personas por alzamiento armado y terrorismo.
Durante su aprehensión, Zuñiga acusó a Arce de haber ordenado la acción militar para «levantar su popularidad» ante los anunciados conflictos con transportistas y comerciantes por la falta de dólares y combustible, y el encarecimiento de algunos alimentos.
La oposición y el expresidente Evo Morales (2006-2019), distanciado del Ejecutivo, coincidieron por separado en que fue un «autogolpe», mientras que el Gobierno de Arce insiste en que fue un «golpe de Estado fallido».
