La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el miércoles 14 de agosto a la viruela del mono, como una emergencia de salud pública de importancia internacional.
¿Qué es la viruela del mono?
Se trata de una zoonosis (enfermedad transmitida entre animales vertebrados y el hombre) producida por un virus ADN. Aunque produce síntomas y tiene una presentación similar a los de la viruela, enfermedad erradicada desde 1980, presenta menor gravedad, transmisibilidad y mortalidad.
Es endémica principalmente en África Central y Occidental, y durante los últimos años ha habido un claro incremento tanto en su frecuencia como en su distribución. Se han reportado casos importados esporádicos, fundamentalmente en Reino Unido. Existen dos variantes: la variante de África Occidental y la de África Central.
¿Cómo se contagia?
Se cree que la transmisión es producida a través de la saliva o excreciones respiratorias, o por contacto con el exudado de la lesión o el material de la costra. También se está barajando la posibilidad de contagio durante las relaciones sexuales y que la excreción viral a través de las heces pueda representar otra fuente de exposición, aunque se necesitan más datos sobre ello.
La transmisión sostenida de persona a persona es limitada y es mucho menos eficaz que la transmisión de animal a persona.
¿Qué síntomas produce?
El periodo de incubación de la enfermedad (tiempo desde la infección al inicio de los síntomas) suele ser de siete a 14 días, aunque puede variar entre cinco y 21 días.
El cuadro se inicia con síntomas similares a los de un cuadro gripal (fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, escalofríos y agotamiento), al que se asocia una importante inflamación de los ganglios. Posteriormente aparece una erupción, que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo, particularmente a las manos y los pies. Estas lesiones van pasando por diferentes etapas antes de formar una costra y caer finalmente. El curso de la enfermedad suele durar de dos a cuatro semanas.
¿Cómo se diagnostica?
Para llegar al diagnóstico, se pueden tomar muestras de las lesiones cutáneas, de las costras y de la orofaringe. Se suelen emplear técnicas moleculares mediante PCR para su diagnóstico.
¿Tiene tratamiento?
No existe un tratamiento antiviral específico. Se ha empleado de manera experimental algún antiviral. El tratamiento que se administra es de soporte, para el control de los síntomas y para evitar las sobreinfecciones bacterianas.
Con información The Conversation