Tras el primer debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump, se ha desatado una intensa controversia dentro del Partido Demócrata. Biden enfrentó críticas generalizadas por su desempeño, ampliamente percibido como deficiente y poco efectivo contra las estrategias xenofóbicas y las falsedades de Trump. Prominentes figuras demócratas, así como medios de comunicación influyentes como The New York Times, han sugerido que Biden considere retirarse de la contienda presidencial ante la preocupación de que su candidatura pueda llevar a una derrota demócrata en noviembre frente a un Trump enérgico y decidido.
El debate, seguido por 48 millones de espectadores, destacó la habilidad de Trump para culpar a los migrantes de múltiples problemas nacionales, mientras Biden luchaba por articular respuestas claras y efectivas. Críticos como Nate Silver y Jeff Greenfield han calificado el desempeño de Biden como uno de los peores en la historia moderna de debates presidenciales en Estados Unidos.
A pesar de las llamadas a retirarse, Biden ha rechazado la idea, afirmando en un discurso posterior que está preparado para continuar y que su experiencia y compromiso con la verdad son fundamentales para su candidatura. Los defensores de Biden dentro del partido insisten en que una sola actuación no debe definir el curso de la campaña, señalando la amenaza que representa Trump para la democracia y otros valores fundamentales.
El debate ha puesto en relieve la profunda división y preocupación dentro del Partido Demócrata sobre cómo enfrentar eficazmente la campaña electoral y la amenaza que representa un segundo mandato de Trump.
