El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, reafirmó su intención de continuar en el cargo tras la revelación de una imputación federal en su contra. Los fiscales han desestimado un acta de acusación que lo vincula con la aceptación de sobornos a cambio de favores políticos por parte de funcionarios y empresarios turcos, mediante contribuciones de campaña ilegales y lujosos viajes al extranjero.
Adams, quien es miembro del Partido Demócrata, enfrenta múltiples cargos que incluyen asociación delictuosa, fraude electrónico y soborno. La acusación detalla una serie de delitos que habrían ocurrido a lo largo de una década, comenzando durante su tiempo como funcionario electo en Brooklyn y continuando hasta su gestión como alcalde.
Entre las alegaciones, la fiscalía sostiene que Adams aceptó vuelos gratuitos y con grandes descuentos por un valor superior a los 100,000 dólares, así como estancias en lujosos hoteles y comidas costosas. A través de contribuciones de donantes falsos, su campaña habría recibido más de 10 millones de dólares en fondos públicos adicionales.
«Un plan para comprar favores»
El fiscal federal, Damian Williams, afirmó en una conferencia de prensa que los regalos que Adams recibió no eran parte de un programa de beneficios para el público, sino de un plan diseñado para comprar favores de un servidor público en ascenso. Se alega que, a cambio de los sobornos, el alcalde tomó decisiones que beneficiaron a los dirigentes turcos, como acelerar inspecciones de seguridad en un edificio consular y omitir un comunicado sobre el Día de Conmemoración del Genocidio Armenio.
Adams tiene la obligación legal de revelar los regalos que recibe, pero la fiscalía asegura que los ocultó durante años. En respuesta a las acusaciones, el alcalde negó haber violado la ley y afirmó que no renunciará a su cargo. Flanqueado por clérigos prominentes, Adams criticó la persecución a la que, según él, ha sido sometido y pidió a los neoyorquinos que esperen la presentación de su defensa antes de emitir juicios.
Reacciones políticas y futuro incierto
A medida que crecen las presiones para que Adams renuncie, especialmente entre los republicanos y algunos de sus posibles oponentes en las primarias de la alcaldía del próximo junio, líderes demócratas como Chuck Schumer y Hakeem Jeffries han optado por no exigir su dimisión, argumentando que el proceso legal debe seguir su curso.
La gobernadora Kathy Hochul, quien tiene la autoridad para destituir a Adams, no ha indicado si tomará esa medida extraordinaria. Si Adams llegara a renunciar, sería reemplazado inmediatamente por Jumaane Williams, el procurador de derechos humanos de la ciudad, quien ya ha expresado que el tiempo de Adams para gobernar eficazmente se está agotando.
La situación se ha intensificado desde que el FBI confiscó los dispositivos electrónicos de Adams hace casi un año como parte de una investigación sobre las contribuciones de campaña de su candidatura a la alcaldía y sus interacciones con el gobierno turco. Adams ha defendido sus viajes, insistiendo en que no han sido ilícitos y que nunca ha hecho nada indebido a cambio de aportaciones.
Sin embargo, la acusación detalla que Adams buscó y aceptó contribuciones ilegales de un funcionario anónimo de la diplomacia turca y que abusó del programa municipal de igualación de fondos, lo que ha llevado a un fuerte escrutinio sobre su administración. La comparecencia de Adams ante la jueza de primera instancia Katharine Parker está programada para el viernes al mediodía.