Juicio a Rubiales por beso no consentido arrancará en febrero de 2025

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El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, será juzgado el 3 de febrero de 2025 por los cargos de agresión sexual y coacciones a Jenni Hermoso debido al beso no consentido que le dio tras la final del Mundial el 20 de agosto de 2023.

El Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional ha programado 11 sesiones, entre el 3 y el 19 de febrero del próximo año, para el juicio de Rubiales y otros tres acusados de presionar a la jugadora para que justificara la conducta del exmandatario de la Real Federación Española de Fútbol. Los coacusados son el exdirector deportivo de la selección masculina, Albert Luque; el exentrenador de la femenina, Jorge Vilda; y el antiguo responsable de marketing de la Federación, Rubén Rivera.

Según la orden judicial emitida este lunes, la audiencia en la que Rubiales se enfrenta a una solicitud fiscal de dos años y medio de prisión —un año más que los otros acusados— se celebrará en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, Madrid. Además de la Fiscalía, también están involucradas como partes acusadoras Jenni Hermoso y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que solicitan las mismas penas de cárcel que el ministerio público.

La internacional española también pide que se imponga a Rubiales una orden de alejamiento que le prohíba acercarse a ella a menos de 500 metros o comunicarse con ella durante ocho años, además de una indemnización de 50 mil euros por daños civiles y otros 50 mil a ser pagados conjuntamente con el resto de los acusados.

Los hechos ocurrieron el 20 de agosto en el Estadio Australia de Sídney, después de que la selección femenina ganara la final del Mundial.

La Fiscalía describe en su escrito de conclusiones una conducta de Rubiales como “sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación” de Jenni Hermoso cuando, durante la entrega de medallas del Mundial, la “sujetó la cabeza” con ambas manos y le “dio un beso en los labios”.

También se le acusa de presionar de manera “constante” y repetida a la futbolista y a su entorno para que “justificara y aprobara” el beso que le dio “contra su voluntad”, debido a las “consecuencias personales y profesionales” que podría enfrentar. Esta “situación de acoso” también responsabiliza a los otros tres acusados, “personas de confianza” de Rubiales que accedieron a sus puestos “bajo su mandato” y cuya “posición privilegiada en la RFEF” dependía del destino del exmandatario.

Además de este proceso, Rubiales está siendo investigado por un juzgado de Majadahonda (Madrid) por los delitos de corrupción en los negocios y administración desleal debido a presuntas irregularidades en contratos de la Federación durante su gestión.

Con información de Agencias

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