En medio de las festividades, la inolvidable creación «Cuento de Navidad», resuena con renovado significado.
Charles John Huffam Dickens, aclamado como el destacado novelista de la era victoriana, vio la luz el 7 de febrero de 1812 en el Reino Unido y concluyó su prolífica vida el 9 de junio de 1870. Hoy conmemoramos el 180 aniversario de su obra maestra «Cuento de Navidad» publicada por primera vez en 1843 por Chapman & Hall, la historia se desenvuelve en una gélida Nochebuena en la City de Londres, dividida en cinco estrofas centradas en los tres fantasmas navideños.
En esta narrativa, Ebenezer Scrooge, el avaro de la era victoriana, experimenta una transformación de carácter tras la visita de tres enigmáticos espectros en la víspera de Navidad.
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El primer espíritu, el de la Navidad pasada, le recuerda a Scrooge su infancia feliz antes de convertirse en un adicto al trabajo y al dinero.
El de la Navidad presente le muestra la situación de la familia de su empleado Bob, que, a pesar de la pobreza y de la enfermedad de su hijo Tim, celebra las fiestas en familia con dignidad y alegría.
El espíritu del futuro le muestra el aterrador destino que le espera: su casa saqueada por los pobres y sus amigos ricos dándole la espalda. También ve la muerte del pequeño Tim y lo que más espanto le produce: la visión de su propia tumba. Scrooge suplica una nueva oportunidad y se le concede.
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El avaro despierta al día siguiente siendo un hombre nuevo. Sale a la calle lleno de felicidad y demuestra a todos que se ha transformado en una persona generosa y amable, que celebra la Navidad y que ayuda a todos los que le rodean. Se redime con la familia de su empleado peor pagado y en especial con su pequeño, Tim, al que agasaja de manera sorprendentemente desinteresada.
Este icónico relato ha trascendido las páginas, convirtiéndose en un «texto cultural» sujeto a innumerables adaptaciones teatrales y cinematográficas. La influencia duradera de «Cuento de Navidad» ha cimentado la imagen de Dickens como el arquitecto de la Navidad inglesa, especialmente en las décadas de 1930 y 1940, revitalizando las tradiciones festivas en Gran Bretaña.
Más que una obra literaria, la narrativa fomenta la caridad cristiana y subraya la importancia de recordar a los menos afortunados durante las festividades.
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La recuperación del interés en las tradiciones navideñas en el siglo XIX no solo fue impulsada por la caridad, sino también por un creciente gusto por lo pintoresco y la nostalgia de tiempos aparentemente más armoniosos. Desde la incursión inicial de Dickens en el tema navideño en 1835 hasta el éxito monumental de «Un cuento de Navidad» en 1843, el legado del autor ha dejado una huella imborrable en la forma en que se celebra y percibe la Navidad en la cultura angloamericana.