En respuesta al creciente desafío de la contaminación marítima, Conservación Internacional ha encabezado una iniciativa para proteger las costas y los ecosistemas marinos de México. Recientemente, la organización ha retirado más de 2.5 toneladas de desechos y redes de pesca abandonadas de las playas y mares del país.
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Según un informe del Foro Económico Mundial, cada año, aproximadamente 8 millones de toneladas de plástico ingresan a los océanos, con consecuencias devastadoras. El 70% de este residuo termina en el fondo marino, mientras que otro 15% permanece flotando en la superficie.
«Si no actuamos con determinación ante esta creciente marea de desechos, para el 2050 podríamos encontrarnos con ecosistemas marinos saturados de plástico, superando en número a los peces», advirtió Norma Arce, gerente de Océanos en Conservación Internacional México.
Entre los desechos que contaminan los mares, las redes de pesca abandonadas, conocidas como «redes fantasma», representan el 10% del total. La contaminación plástica afecta a más de 800 especies marinas, evidenciando la urgencia de abordar este problema de manera colaborativa.
Para Arce, la solución va más allá de simplemente limpiar las costas: «Es crucial adoptar medidas preventivas para abordar las raíces de la contaminación marina. Esto implica promover prácticas de consumo sostenible, implementar políticas de gestión de residuos más efectivas y fomentar la educación ambiental para cambiar comportamientos».
Con este fin, Conservación Internacional ha puesto en marcha diversos proyectos en México, incluyendo programas de capacitación para buzos no profesionales. Estos programas desarrollan habilidades para planificar y ejecutar la retirada de equipos de pesca abandonados y otros residuos sólidos del fondo marino.
Conservación Internacional reitera su compromiso con la protección del medio ambiente, trabajando incansablemente para salvaguardar la biodiversidad de los océanos y las costas. Su objetivo es maximizar los beneficios ecológicos, sociales y económicos a largo plazo, tanto para las personas como para la naturaleza.