Prueba de sangre podría detectar riesgo de preclamsia en el primer trimestre de embarazo

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Un trastorno de la tensión arterial que puede desarrollarse después de la semana 20 de embarazo ha sido durante mucho tiempo una de las principales causas de mortalidad materna. La preeclampsia se caracteriza por hipertensión arterial y proteínas en la orina, y si no se trata puede dañar órganos y provocar la muerte o una discapacidad. Históricamente, la preeclampsia ha sido muy difícil de diagnosticar porque se parece mucho a otros trastornos comunes como la hipertensión crónica.

Recientemente, la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado el primer análisis de sangre que puede predecir qué pacientes tienen un riesgo elevado de desarrollar preeclampsia con características graves. «Esta prueba nos ayuda a saber quién tiene un riesgo elevado de desarrollar algunos de los efectos más graves de la preeclampsia», afirma Nandini Raghuraman, ginecóloga y obstetra del Hospital Barnes-Jewish de la Universidad Washington de San Luis.

La aprobación de esta prueba es uno de los dos pasos prometedores que podrían reducir la mortalidad materna, basada en los resultados de un estudio publicado en el New England Journal of Medicine. En este estudio, los investigadores analizaron la proporción de dos proteínas en pacientes embarazadas hospitalizadas por sospechas de preeclampsia. Descubrieron que las pacientes con una proporción elevada de dos proteínas específicas corrían un riesgo elevado de desarrollar preeclampsia con características graves, lo que requería dar a luz al bebé en las dos semanas siguientes.

En España, «la preeclampsia es la patología más frecuente en la gestación», asegura la Clínica Universidad de Navarra en una nota informativa sobre la enfermedad; «según la Sociedad Española de Hipertensión, puede afectar al 7-10% de las mujeres».

La preeclampsia es un trastorno de la tensión arterial propio del embarazo, que se cree que se desarrolla a partir de un desarrollo anormal de los vasos sanguíneos en la placenta. Con el tiempo, esto puede provocar daños en diversos órganos, como el corazón, los riñones, el hígado o el cerebro, lo que puede provocar fallos orgánicos o accidentes cerebrovasculares. Si no se trata, la preeclampsia puede evolucionar a eclampsia, es decir, convulsiones.

Aunque la cura es el parto, «la preeclampsia no termina con el parto», dice Heather Lipkind, directora de medicina materno-fetal de Weill Cornell Medicine. Algunas pacientes pueden desarrollar preeclampsia posparto, que puede producirse en las seis semanas siguientes al parto.

La dificultad de la preeclampsia, en comparación con una afección como la hipertensión crónica, es que puede convertirse en una enfermedad potencialmente mortal muy rápidamente, sin apenas aviso. Las pacientes pueden desarrollar complicaciones graves en cuestión de horas o días, y no siempre muestran síntomas evidentes. Para complicar la situación, la única cura de la preeclampsia es el parto. Si la enfermedad se desarrolla antes en el embarazo, el parto dará lugar a un bebé prematuro.

Este nuevo análisis de sangre para detectar la preeclampsia ofrece una forma de ayudar a diferenciar a las pacientes con hipertensión crónica de las que están desarrollando preeclampsia. Esta prueba analiza la proporción de dos proteínas, llamadas sFLT-1 y PlGF, que intervienen en la formación de vasos sanguíneos que conectan la placenta con la pared uterina. Las pacientes con un cociente sFLT-1superior a 40 presentaban un mayor riesgo de desarrollar preeclampsia grave en las dos semanas siguientes, mientras que las pacientes con un cociente inferior a 40 no presentaban este riesgo.

Para los médicos, esta prueba puede ayudarles a predecir mejor quién estará en situación de alto riesgo en las próximas dos semanas, al tiempo que les da un alto nivel de confianza en cuanto a qué pacientes es poco probable que desarrollen complicaciones graves.

Hay tres grupos principales de pacientes que pueden beneficiarse de esta prueba. El primer grupo son las pacientes sin hipertensión crónica, para quienes esta prueba puede ayudar a predecir si desarrollarán complicaciones graves en las dos semanas siguientes. El segundo grupo son las pacientes con hipertensión crónica, para las que los médicos tienen dificultades para distinguir si han desarrollado preeclampsia además de su hipertensión preexistente. El tercer grupo está formado por las pacientes que dieron positivo en la prueba pero no desarrollaron complicaciones graves derivadas de la preeclampsia, sugiriendo que esta prueba puede tener algunas capacidades predictivas adicionales.

Este nuevo análisis de sangre representa un avance significativo en la lucha contra la preeclampsia, proporcionando una herramienta esencial para mejorar la salud materna y reducir la mortalidad.

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