Las películas de Yorgos Lanthimos no son para todos. Son obras de arte que, a la vez que seducen con su estética impecable, perturban con su narrativa inusual y personajes complejos.
Cansado de escuchar reguetón a todo volumen a altas horas de la noche, un hombre argentino ha creado una máquina que apaga automáticamente la música del vecino.