La galardonada escritora Alice Munro, laureada con el Premio Nobel de Literatura en 2013, dejó este mundo a la edad de 92 años en Ontario, según informó el periódico canadiense The Globe and The Mail. Reconocida como «la Chéjov de Canadá» por su maestría en el arte del cuento, Munro también fue honrada con el Man Booker International Prize en 2009 por su excepcional contribución a la literatura.
A lo largo de su vida, Munro destacó por su profunda narrativa y su capacidad para explorar las complejidades de la condición humana, especialmente en las tensiones y observaciones agudas de sus historias, ambientadas en el paisaje rural de Ontario, donde pasó su infancia.
La Academia Sueca elogió su habilidad para transmitir historias que, aunque ficticias, resonaban con una verdad emocional palpable, lo que le valió el máximo galardón literario. En sus propias palabras durante la ceremonia de premiación, Munro expresó su deseo de que sus relatos impactaran en la vida de las personas, transformándolas de alguna manera al finalizar la lectura.
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A pesar de su enorme éxito, Munro mantuvo un perfil público modesto y sencillo, alejado de la pompa y el glamour. Su vida en granja durante su infancia en Ontario, lejos de los círculos de la alta sociedad, la mantuvo fiel a sus raíces rurales. Su legado literario perdurará como un testimonio de su talento y su profunda comprensión de la experiencia humana.
