Los choques entre miembros de los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Sinaloa (CS) han alcanzado un nivel crítico en los municipios de Frontera Comalapa y Chicomuselo, según reportes de residentes locales, lo que ha desencadenado una ola de desplazamientos hacia áreas más seguras. .
Los habitantes consultados expresan su desesperación ante la escalada de violencia, denunciando que las autoridades, en todos los niveles, parecen ser impotentes frente a la situación.
Relataron que en los enfrentamientos, que han estado ocurriendo desde hace tres días, los integrantes del cártel de Sinaloa (CS) han destruido tres vehículos conocidos como «Monstruos», utilizados por los grupos del narcotráfico durante sus enfrentamientos.
Se habla de ráfagas de armas de alto poder surgiendo desde las alturas de los cerros, con reportes no confirmados de Múltiples muertes. Además, una bala perdida hirió a una mujer dentro de su propia vivienda.
El incendio forestal iniciado el viernes en comunidades como Nuevo Morelia, San Francisco, Las Palmas, El Rosario y Las Brisas sigue sin control y ha devorado cientos de hectáreas. Muchas de las casas afectadas ya estaban abandonadas debido a la violencia que ha forzado a la gente a huir hacia lugares más seguros en meses anteriores.
Se sospecha que el incendio fue provocado por integrantes de uno de los grupos del crimen organizado, y ha causado estragos en campos de cultivo, áreas de montaña, y ha puesto en riesgo la vida de animales y personas.
La situación en Chicomuselo y otros municipios de la región fronteriza lleva casi tres años de violencia constante por la disputa territorial entre el CJNG y el CS, con un saldo de enfrentamientos, asesinatos, desapariciones, extorsiones, quema de vehículos, desplazamientos forzados y bloqueos de carreteras de manera recurrente.
Mientras tanto, la Fiscalía General del Estado de Chiapas informó sobre el hallazgo de dos hombres asesinados a balazos en el tramo carretero Ocosingo-Altamirano. Según el comunicado oficial, se encontraron armas de fuego y otros indicios en la escena del crimen, sugiriendo vínculos con el crimen organizado.
La violencia desatada en la región ha sumido a los habitantes en un estado de temor constante, mientras las autoridades luchan por contener la espiral de violencia que amenaza con desestabilizar aún más la zona.
Con información de La Jornada
