La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha establecido fechas para celebrar audiencias públicas el 30 de abril y el 1 de mayo, donde escuchará los argumentos de México y Ecuador sobre las medidas cautelares solicitadas tras el asalto a la embajada mexicana en Quito.
Este incidente tuvo lugar el pasado 5 de abril, cuando las autoridades ecuatorianas irrumpieron en la embajada en un intento por detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien se encontraba refugiado allí luego de recibir asilo del gobierno mexicano.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), representante máximo de Naciones Unidas, dedicará dos días de audiencias para escuchar los argumentos en torno a las medidas cautelares solicitadas por México contra Ecuador, a la espera del inicio del juicio y de la sentencia final del procedimiento en disputa entre ambos países.
El 30 de abril se presentarán los argumentos orales de México, mientras que el día siguiente será el turno de Ecuador. Tras estas presentaciones, la Corte se retirará para deliberar sobre la necesidad de las medidas cautelares, cuyo anuncio se espera en cuestión de semanas, sin entrar aún en el contenido mismo del procedimiento, para lo cual aún no hay fecha de inicio establecida.
México ha fundamentado su caso en la existencia de una disputa centrada en cuestiones legales sobre la resolución de disputas internacionales por medios pacíficos, relaciones diplomáticas y la inviolabilidad de la misión diplomática mexicana en Quito. Previo a la deliberación, México solicitó medidas cautelares contra Ecuador, exigiendo a Quito tomar acciones inmediatas para proporcionar protección y seguridad a las instalaciones diplomáticas mexicanas, su propiedad y archivos, previniendo cualquier intrusión.
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Además, México ha instado a la Corte a permitir el despeje de las instalaciones diplomáticas y la residencia privada de los agentes diplomáticos, y a evitar cualquier acción que pueda perjudicar los derechos de México con respecto a las decisiones de la CIJ sobre el fondo de la disputa.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha afirmado que no se arrepiente de haber ordenado el asalto a la embajada mexicana, argumentando que su gobierno considera que México fue el primero en violar las convenciones internacionales. Aunque la comunidad internacional ha condenado casi unánimemente la ruptura de la inviolabilidad de una sede diplomática, Noboa admitió que fue una decisión difícil pero necesaria en su perspectiva.
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