En una audiencia llevada a cabo en un tribunal federal de Miami (Florida), Victor Manuel Rocha, quien fungió como exembajador de Estados Unidos en Bolivia, recibió una condena de 15 años de prisión por actuar como agente encubierto de Cuba durante cuatro décadas.
La jueza Beth Bloom anunció la sentencia, calificando el caso como uno de los más significativos de infiltración extranjera en el gobierno estadounidense. Además de la condena de cárcel, se impuso al acusado una multa de 500 mil dólares.
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Rocha, de 73 años, admitió haber recopilado información de inteligencia estadounidense para el gobierno comunista de Cuba desde alrededor de 1981. Tras alcanzar un acuerdo de colaboración con la Fiscalía, se declaró culpable de los cargos presentados en su contra.
La audiencia se prolongó debido a dudas planteadas por la jueza sobre el acuerdo de culpabilidad. Bloom insistió en que el documento contemplara la posibilidad de que el acusado pagara indemnizaciones a otros afectados por sus acciones en el futuro.
Nacido en Colombia y nacionalizado estadounidense, Rocha ocupó cargos importantes en el Departamento de Estado, lo que le permitió acceder a información confidencial y ejercer influencia en la política exterior del país. Fue embajador en La Paz entre 1999 y mediados de 2002.
La Fiscalía señaló que Rocha continuó espiando para Cuba incluso después de dejar el Departamento de Estado, cuando se convirtió en asesor del Comando Sur de Estados Unidos.
El exdiplomático admitió haber trabajado para Cuba durante «40 años» en reuniones con un agente encubierto del FBI. Durante esos encuentros, expresó su lealtad hacia Cuba y se refirió a Estados Unidos como «el enemigo».
Antes de conocer su sentencia, Rocha pidió perdón y declaró haber cambiado su perspectiva radical de juventud. Este caso de espionaje profundiza las tensiones entre Estados Unidos y Cuba, dos países con relaciones enemistadas desde hace décadas.
