Los eclipses, fenómenos celestiales que han cautivado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, poseen un significado profundo en la historia de Teotihuacán, la enigmática ciudad prehispánica de México.
Se ha debatido si los teotihuacanos consideraban los eclipses como meros fenómenos supersticiosos o si entendían su naturaleza desde una perspectiva científica ancestral.
Algunos expertos sugieren que la civilización teotihuacana tenía un profundo conocimiento de la mecánica celeste y utilizaba los eclipses como marcadores temporales importantes en su calendario y vida cotidiana.
La alineación precisa de estructuras monumentales como la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna con los movimientos del sol y la luna sugiere una sofisticada comprensión de la astronomía por parte de los teotihuacanos. Estas estructuras podrían haber sido utilizadas como observatorios para rastrear los eclipses y otros eventos celestiales.
Además, los relatos mitológicos y las representaciones artísticas encontradas en Teotihuacán sugieren que los eclipses podrían haber sido vistos como eventos divinos o como augurios de cambios importantes en la sociedad.
Sin embargo, la comprensión exacta de cómo los teotihuacanos interpretaron los eclipses sigue siendo un enigma en gran medida. La intersección entre la superstición y la ciencia en la cosmología teotihuacana continúa siendo objeto de debate y estudio, ofreciendo una fascinante ventana hacia el pasado y la complejidad de las creencias humanas.
