Después del ataque aéreo israelí en Gaza que cobró la vida de seis voluntarios extranjeros de la ONG World Central Kitchen (WCK), se desató una ola de conmoción y preocupación tanto a nivel internacional como local.
Te puede interesar: Netanyahu admite muerte de voluntarios de World Central Kitchen
Los colaboradores, provenientes de diversos países como el Reino Unido, Australia, Polonia y Estados Unidos, estaban llevando a cabo labores humanitarias en la región cuando fueron alcanzados por el bombardeo. La comunidad internacional ha expresado su consternación por este trágico suceso y ha instado a una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades.
El paso de Rafah, principal punto de acceso entre Gaza y Egipto, fue testigo de la triste repatriación de los cuerpos de los fallecidos. Las autoridades egipcias facilitaron el traslado de los cadáveres hacia El Cairo, desde donde serán enviados a sus respectivos países de origen para ser velados y sepultados.
Te puede interesar: Manifestantes en Jerusalén exigen renuncia de Netanyahu; piden elecciones
La pérdida de estos voluntarios ha generado un profundo dolor en la comunidad y ha puesto de relieve una vez más la urgencia de proteger a los trabajadores humanitarios que dedican sus vidas a ayudar a los más vulnerables en zonas de conflicto.