Claudia y Cayetana

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Desmerecer y ningunear es habitual en campañas políticas en que el desmerecimiento y el
ninguneo no debería ser moneda corriente. Que figuras políticas de otros países opinen sobre
la política de México conviene al país porque muestra el interés que despierta en el extranjero,
porque ilustra la importancia del proceso electoral. No debería criticarse que personalidades de
otras naciones comenten sobre las elecciones del 2024. López Obrador opina, comenta, juzga
sobre candidatos y partidos de otras naciones. No se muerde la lengua, al contrario la tiene
larga, prolija e ingobernada, y no tiene más derecho a opinar que cualquier otro individuo que
viva en Francia, Guatemala, El Salvador, Argentina, Italia o España. Aunque Andrés Manuel se
considere autoridad, su autoridad reside en que es presidente de la República no en que sea
Andrés Manuel. Como presidente de la República sólo le inmiscuye lo que atañe a la República,
en lo referente a otros países goza de la misma autoridad que cualquier ciudadano. Por eso las
palabras de Claudia Sheinbaum denunciando la injerencia de Cayetana Álvarez de Toledo es
una hipocresía más de Morena, acostumbrada a la hipocresía y la demagogia.

La contradicción asoma de inmediato. Sheinbaum critica a Cayetana de que Cayetana
critique al gobierno de López Obrador. En rigor, si a Claudia le parece inconveniente que
alguien denuncia el mal gobierno de Andrés Manuel y a su candidata a la presidencia debería de
guardar silencio en lugar de mostrar su desagrado acusando de injerencia. La libertad es un
valor que la 4T no entiende, a no ser que la libertad obedezca a sus dictados. La libertad de
expresión para Morena es la que exhibe una adhesión incondicional al movimiento, lo
contrario es conspiración. Así las cosas, la única conspiración a la vista es la de Morena que
impide mediante la artimaña del “derecho de réplica” la libertad de expresión sobre la que
ejerce una censura intolerable. Álvarez de Toledo opinó sobre la situación política de México,
del mismo modo que López Obrador opina sobre la Argentina de Javier Milei. Es entendible
que López Obrador se considere por encima de la ley, pero eso no implica que esté por encima
de la legalidad. Si Sheinbaum fuera una demócrata, habría pasado por alto las declaraciones de
Cayetana o las habría rebatido, pero no las habría censurado.

Sin embargo, las censuró. Me temo que estamos ante el mismo autoritarismo sólo que
de distinto sexo. Claudia es Andrés Manuel. En contrario, Cayetana es Cayetana, una mujer
libre, con ideas y opinión propia. Sheinbaum es una mujer con ideas y opinión de otro que
actúa como ese otro al recurrir a la censura que es portalón al autoritarismo. Sheinbaum-López
Obrador se antoja tándem, en realidad es una relación jerárquica en que el presidente en trance
de ser expresidente seguirá siendo presidente. Hipocresía, desprecio a la verdad, rechazo a la
libertad. Con todo, Cayetana seguirá siendo Cayetana y Claudia seguirá siendo López Obrador
y López Obrador un espectro que habla con espíritus de una cosa que llama México pero que
ya no es México.

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