En la línea fronteriza entre México y Estados Unidos, un campamento de aproximadamente 100 migrantes se encuentra en medio de la incertidumbre generada por la ley SB4 de Texas, la cual el gobernador, Greg Abbott, insiste en aplicar a pesar de los fallos judiciales.
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Los migrantes, que llevan cinco días acampando entre el río Bravo y la alambrada de navajas que marca la frontera entre Ciudad Juárez (México) y El Paso (EE.UU.), se enfrentan a temperaturas bajas y a la vigilancia de la Guardia Nacional de Texas. Organizaciones religiosas en Juárez planean llevarles cobijas, ropa y comida ante el riesgo para su salud.
Carlos Mayorga, del Colectivo por la Paz Ángeles Mensajeros, expresó que la ley SB4 contradice los principios de humanidad, y enfatizó la necesidad de brindar atención humanitaria a estas personas y a los niños que se encuentran en la frontera.
Los migrantes se encuentran en una situación de incertidumbre ante la ley SB4, la cual criminaliza el ingreso irregular a Texas y permite a las fuerzas estatales realizar arrestos migratorios y deportaciones. Aunque la ley ha sido suspendida temporalmente, el gobernador Abbott ha anunciado su intención de continuar con los arrestos.
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A pesar de los riesgos y las restricciones, los migrantes se mantienen firmes en su determinación de llegar a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Alfredo Maquín, un guatemalteco que ha viajado durante un mes y medio para llegar a la frontera, expresó su deseo de trabajar honradamente en Estados Unidos para mantener a su familia.
La situación en la frontera refleja la complejidad y las dificultades que enfrentan los migrantes en su búsqueda de seguridad y oportunidades en Estados Unidos.
Con información de Agencias
