Se le olvidó que somos independientes

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En el marco del llamado Festival de las Ideas en el Estado de Puebla, patrocinado por el dueño de Televisión Azteca, otra simplista industria cultural de entretenimiento en México, Ricardo Salinas Pliego, se presentó la “Marquesa”: Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, española, francesa y argentina, quien en cada  país representa la más rancia visión de la monarquía, el ultra conservadurismo, la ultra derecha y ultra liberalismo económico, al ser diputada del partido Popular en España, partidaria del presidente argentino Javier Milei y probada odiadora de los pueblos endémicos de las Américas. 

Con sus apellidos rimbombantes que embelesan a la derecha mexicana y su título nobiliario, colonizador  y eurocentrista, vino a defender a la democracia, como ella la entiende, de las garras de la izquierda mexicana, pues ella sí ha vivido en este país toda su vida, comido nuestra comida, sufrido de la violencia hacia las mujeres y sobre todo es amplia conocedora de la realidad político social de la nación.

Por supuesto que lo anterior es mero sarcasmo, en realidad puede venir o no a México, y hablar con sus cercanos de lo que se le pegue la gana, pero no es nadie esta Marquesa descendiente de la realeza española, para venirnos a dar clases y lecciones de pureza democrática. 

No somos unos menores de edad, se le olvidó que somos independientes, cuando declara que los empresarios deben alzarse en contra de “la impunidad política y moral de la que todavía disfruta el presidente López Obrador”, así lo dijo, a la ligera sin argumentos ni datos duros.

Ella puede opinar lo que le venga en gana repito, pero no invitar al voto por la barbárica y salvaje de la sangre Xóchitl Gálvez, candidata a la presidencia, pues la alabó como el único camino de salvación de este país.

Vociferó en contra de la política de seguridad,  nos acusó de  narcoestado, llamó a ser valientes y a  utilizar a los jóvenes como carne de cañón ideológica; vaya que ya se le olvidó su pasado fascista, que mató y desapareció a miles de jóvenes españoles por intentar alzar la voz en contra del dictador.

Con su origen colonial habla de libertad después del genocidio sufrido por nuestros antepasados. Nuevamente un acento europeo nos viene a dar recetas mágicas de política, libertad y democracia.

Ojo no estoy censurando su opinión, pero que se la quede en su país, o países, y que no venga a intervenir en pleno proceso electoral o ¿cómo se la llama a pedir el voto por una candidata en particular? 

No somos incivilizados ni deficientes de voluntad que necesitamos de la guía de una europea, para salir de la rocambolesca idea del populismo vivido en México.

Qué razón tiene Guillermo Bonfil Batalla, así en presente pues sus ideas siguen vivas, cuando escribía México Profundo. Una Civilización Negada, y denunciaba a ese país occidentaloide llamado México Imaginario, que  se ha encargado de negar nuestras raíces, cultura y civilización en los pueblos originarios, al desnaturalizar un pasado  y excluir la razón e intelectualismo endémico, viendo al racismo como ruta discursiva, pues somos incapaces de autogobernarnos y seguimos necesitando que un descendiente de reyes nos dé un proyecto de nación.

No se me malentienda, sí quiero una presidenta, pero una del México Profundo, una que pertenezca a la experiencia milenaria del país, una que no niegue la civilización, una con proyecto real, con coherencia y estirpe cultural.

Que sea la decisión autónoma de los mexicanos por quien o no votar,  ya me gustaría ver que un latinoamericano opine en tiempos electorales españoles,  a ver cómo le va. 

Tampoco se harán maromas para negar una realidad plagada de violencia, nepotismos, incongruencias y malos manejos del capital social, pero ese es un asunto interno que tocaré en otra ocasión. 

LA CIMA                                                              11/03/24

Textos híbridos de periodismo contemporáneo          Bernardino Rubio Tamariz

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