La fotógrafa que inmortalizó el Berlín Este a través de sus melancólicas imágenes, murió a los 85 años dejando un legado artístico y como pionera de todo un estilo
La renombrada fotógrafa Helga Paris, cuyas intensas y emotivas imágenes capturaron la vida cotidiana en el antiguo Berlín Este, falleció a la edad de 85 años en su apartamento de la capital alemana el pasado lunes, según anunció su hija a través de los medios.
Nacida en 1938 en la actual ciudad polaca de Goleniów, Paris pasó su juventud en Zossen, cerca de Berlín, antes de convertirse en una figura clave en el ámbito artístico de la ciudad dividida. Inicialmente formada en diseño de moda, dio un giro decisivo hacia la fotografía por cuenta propia en la década de 1960, construyendo un legado visual que inmortaliza la vida bajo la influencia soviética en el Berlín de esa época.
El corazón de su obra se encuentra en el barrio berlinés de Prenzlauer Berg, donde se estableció en 1966 junto a su entonces esposo, el pintor Ronald Paris, y donde creció su familia. Sus imágenes, a veces melancólicas y otras veces impregnadas de una seriedad inquebrantable, reflejan la vida de las familias obreras de esa época.
Entre sus trabajos más reconocidos, Paris retrató a mujeres obreras en fábricas de ropa, hombres compartiendo momentos en sus bares habituales y figuras solitarias caminando por las calles desiertas de Berlín. Las estaciones de tren, con su trasfondo de historias y encuentros fugaces, también se convirtieron en un tema recurrente en su vasta obra.
Helga Paris no solo documentó visualmente una época y un lugar, sino que también dejó una marca indeleble en la historia de la fotografía contemporánea. Su legado perdurará a través de sus imágenes, recordándonos la riqueza y complejidad de la vida en el Berlín Este.
