Desde el inicio del año, Ciudad Juárez ha experimentado un alarmante repunte de la violencia, marcando uno de los períodos más violentos de los últimos años. Con 124 homicidios en enero y 36 en los primeros nueve días de febrero, incluyendo dos masacres, las autoridades han movilizado recursos para abordar la situación.
La Secretaría de la Defensa Nacional de México (Sedena) ha anunciado el despliegue de 2,100 elementos militares adicionales en la ciudad para trabajar en estrecha colaboración con los tres niveles de gobierno. El objetivo principal de esta intervención es reducir los homicidios dolosos y mejorar las condiciones de seguridad en la región.
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El General Brigadier Diplomado de Estado Mayor (DEM), Saúl Luna Jaime, comandante de la V Zona Militar de Chihuahua, destacó que esta acción forma parte de la política de «cero impunidad» del Gobierno Federal y la estrategia «Unidos por Juárez». Los 2,100 elementos del Ejército Mexicano se sumarán a los 1,400 ya desplegados, aumentando así el número total de efectivos a 3,500 para apoyar a las fuerzas policiales locales en la contención del crimen.
La coordinación entre las autoridades estatales y federales es fundamental en esta iniciativa. Los militares se despliegan en áreas específicas identificadas como de alto riesgo, utilizando carpas y remolques como bases temporales para sus operaciones, con el objetivo de disuadir la comisión de delitos, especialmente homicidios.
Además, se ha puesto a disposición de la ciudadanía el teléfono 088 como número de denuncia anónima para reportar cualquier actividad delictiva.
El despliegue militar comenzó el jueves con la llegada de los primeros 300 elementos del ejército, junto con 100 de la Guardia Nacional. Este viernes, las fuerzas militares llevaron a cabo operativos conjuntos con las policías municipales y estatales en toda la ciudad.
Este incremento en la presencia militar responde al llamado urgente ante el aumento de la violencia en la región, que ha generado preocupación tanto a nivel local como nacional. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha evitado hacer comentarios directos sobre la situación, optando por no responder a las declaraciones controvertidas de la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, quien ha exigido una mayor atención del gobierno federal ante la situación de seguridad en el estado.