Los procesos para elegir candidato de las alianzas Juntos Haremos Historia y Frente Amplio han relegado a segundo lugar otros también relevantes. El año que viene México celebrará las elecciones más grandes de la historia como se repite insistentemente. Se estima que más de 65 millones de mexicanos podrán depositar su voto en las urnas el 2 de junio de 2024. Esa jornada se elegirán 20,000 cargos de elección popular, 500 diputados federales, 128 senadores, 31 congresos locales y 9 gubernaturas. Interesan estas últimas que tendrán lugar en Ciudad de México, gobernada por Martí Batres de Morena; Chiapas, por Rutilio Escandón de Morena; Guanajuato, dirigido por Diego Sinhue Rodríguez del Partido Acción Nacional; Jalisco, por Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano; Morelos, por Cuauhtémoc Blanco que terminó con Morena; Puebla, por Sergio Salomón de Morena; Tabasco, por Carlos Manuel Merino de Morena; Veracruz, por Cuitláhuac García de Morena; y Yucatán, gobernada por Mauricio Vila de Acción Nacional.
De estos Estados, cinco están gobernados por Morena (Ciudad de México, Chiapas, Puebla, Tabasco y Veracruz) a los que se agrega Morelos. Guanajuato y Yucatán pertenecen a Acción Nacional; finalmente, Jalisco a Movimiento Ciudadano. Cada coalición tiene intereses diferentes y cosas distintas que demostrar. Para Morena suponen las primeras elecciones en que los ciudadanos evaluarán su trabajo. Los gobernadores de este partido han tenido un desempeño desigual. Ha habido unos discretos y otros escandalosos. La mayoría se ha significado por la ineficacia, arbitrariedad y corrupción, de manera particular Veracruz.
Morena dejó de hacer oposición para asumir responsabilidades de gobierno. Los ciudadanos de los respectivos Estados tienen la oportunidad de remover o confirmar a Morena. Para este partido, las elecciones son la prueba decisiva de la aceptación de las políticas implementadas durante los seis años anteriores. Tras este sexenio, todo indica que si Morena quiere renovar las gubernaturas deberá seleccionar a candidatos convincentes entre el electorado, candidatos cercanos y comprometidos.
La oposición en estos Estados tiene la posibilidad de competir con garantías si explota convenientemente errores y excesos cometidos por los titulares que han generado inestabilidad en las respectivas entidades.
El caso de Acción Nacional es diferente. Tras sexenios gobernando sin sobresaltos aparentes Guanajuato y Yucatán con resultados aparentes, se antoja que habrá continuidad (al menos eso dicen las encuestas que se dan a conocer de manera pública). En todo caso, más complicado lo tiene Guanajuato arrasado por la violencia del crimen organizado que el actual gobernador ha sido incapaz de frenar. En el caso de Jalisco no parece que para Movimiento Ciudadano sea sencillo mantenerse en el poder tras una gestión muy compleja de Enrique Alfaro a lo que se añade la amenaza de división interna que puede generar distracciones si no se resuelve antes de que empiecen las campañas.
Hacia el 24, las situaciones de cada entidad son particulares, de manera que oficialismo y oposición operarán apegados a la exigencia de cada una. A primera vista, el PAN podría mantener Guanajuato y Yucatán con el apoyo del PRI y el PRD; Morena ganaría Morelos, Veracruz, Chiapas, CDMX, Puebla y Tabasco. La disputa estará en Jalisco y depende en gran medida de lo que haga MC.