Desde temprana edad, Federico se desempeñó como príncipe heredero en Dinamarca, pero el pasado domingo emergió del Palacio de Christiansborg de Copenhague como el monarca soberano, Federico X, liderando la monarquía más antigua de Europa.
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La transición real, anunciada por la reina Margarita II en Nochevieja, sorprendió a los daneses al revelar su decisión de abdicar a principios de 2024. La noticia conmocionó al país, ya que la popular reina Margarita, la monarca más longeva de Europa, decidió dar un paso al costado después de 52 años en el trono.
Federico, primer hijo de Margarita y el difunto príncipe Enrique, asume un rol clave, pero…
¿quién es el nuevo rey de Dinamarca y cómo ejercerá su monarquía?
Aunque la monarquía danesa tiene una larga historia, los miembros actuales tienen un papel limitado según la Constitución. Federico, un «rey diferente» según Birgitte Borup, redactora de cultura del diario danés Berlingske, es conocido por tener «los pies en la tierra» y un interés marcado en los deportes, a diferencia de su madre más culturalmente distinguida. Su educación y adolescencia bajo el escrutinio público no fueron fáciles, siendo visto en los años 90 como un «príncipe fiestero».
No obstante, Federico ha demostrado ser un militar condecorado y un atleta consumado. Con un máster en Ciencias Políticas de la Universidad de Aarhus, también se destacó en su formación militar en las tres ramas del ejército danés, siendo parte del cuerpo de élite Frogman de la marina. Además, su dedicación al deporte se evidencia en la participación en maratones y su logro como el primer miembro de la realeza en completar un Ironman.
Federico, comprometido con causas medioambientales, se ha ganado la popularidad a través de iniciativas como Royal Run y su papel activo en el Comité Olímpico Internacional. Sin embargo, enfrentará retos como rey y jefe de Estado de Dinamarca, Groenlandia y las Islas Feroe.
Casado con la ejecutiva de ventas australiana Mary Elizabeth Donaldson, Federico y Mary tienen cuatro hijos, con Christian, de 18 años, listo para convertirse en el nuevo príncipe heredero. La familia real ha buscado proporcionar a sus hijos una educación más informal, alejándose de la tradición real, marcando una nueva era en la monarquía danesa.
