Es común experimentar cierta resistencia al regreso al trabajo después de unas semanas de vacaciones, pero para algunos, este sentimiento va más allá de la pereza ocasional. La ergofobia, también conocida como el miedo al trabajo, es una fobia que implica un temor desproporcionado e intenso al lugar de trabajo. Aunque a menudo se etiqueta a quienes la padecen como personas vagas, la realidad es que enfrentan un desafío interno que dificulta su retorno a la rutina laboral.
Esta fobia puede tener diversas causas, como una carga excesiva de tareas, un ambiente laboral tóxico o incluso experiencias traumáticas asociadas al trabajo. La psicóloga Beatriz Gil señala que la presión para cumplir con expectativas puede ser abrumadora, generando un miedo profundo a volver a la actividad laboral.
Los síntomas de la ergofobia incluyen ansiedad elevada con manifestaciones físicas como taquicardia, náuseas, sudores fríos, alteraciones del sueño y la alimentación, así como sentimientos de tristeza, falta de concentración y atención, y eventualmente, depresión. Estos síntomas tienden a intensificarse, especialmente al acercarse la fecha de retorno laboral.
Expertos sugieren
Expertos en psicología sugieren diversas herramientas para abordar la ergofobia. Entre ellas se encuentra la creación de rutinas graduales, donde se recomienda comenzar con actividades relacionadas con el trabajo en un entorno cómodo. La comunicación con el empleador y la búsqueda de soluciones conjuntas, como horarios flexibles, también son estrategias útiles.
Otras técnicas eficaces incluyen la terapia de aceptación y compromiso, que enseña a convivir con el miedo en lugar de luchar contra él, y la práctica de actividades como yoga, meditación y respiración profunda para gestionar la ansiedad. Terapias cognitivo-conductuales, terapias de tercera generación y mindfulness también se destacan como enfoques efectivos en el tratamiento de la ergofobia.
Es fundamental comprender que la ergofobia no define a una persona, y reconocer el problema es el primer paso para superarlo. Con las estrategias adecuadas y el apoyo necesario, es posible superar este miedo y recuperar la satisfacción en la vida laboral. La psicóloga Beatriz Gil concluye que, aunque es un desafío, con comprensión, empatía y determinación, es posible encontrar significado y alegría en el trabajo, recordando que el miedo es humano y superable.