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Vamos con un tema que si no fuera porque hay ya cientos de experimentos que lo han demostrado parecería, literalmente, de ciencia ficción. Uno de los grandes pilares actuales de la física. Perseguido y criticado hasta la saciedad por Einstein.
Y es que Einstein llegó a decir que había dedicado más tiempo en su vida a intentar destruir la mecánica cuántica que a trabajar en su teoría de la relatividad. ¿Cómo es posible? Einstein fue uno de los padres fundadores de esta teoría. Recibió el Nobel, no por su teoría de la relatividad sino por un artículo que es el precursor de las teorías cuánticas, ¿por qué se pasó media vida (cerca de 30 años) intentando hacer daño a su propia creación, a su hijo científico?
Vamos a empezar intentando explicar qué es eso de la “Mecánica Cuántica” Empiezo diciendo algo para llamar su atención; más del 30% del PIB mundial (desde los diminutos transistores de su computadora, el GPS de su cel, hasta el propio rayo láser) se debe a la tecnología cuántica. Sigamos con una afirmación muy loca: No sé si hay una sola persona en el mundo que entienda realmente la mecánica cuántica. Es posiblemente la teoría científica más antiintuitiva, rara y surrealista de la historia. Prepárese a hacer un esfuerzo muy grande y luchar contra todos sus instintos para creer en la veracidad de este artículo…Vamos allá.
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La mecánica cuántica se inició a principios del siglo pasado en un intento de explicar cómo se comportan las cosas en la escala de lo muy muy, requetemuy pequeño. Como se comportan las cosas en el mundo subatómico (protones, electrones, fotones, etc…) Las leyes clásicas que rigen el comportamiento de un coche o de un planeta, ¿funcionan igual en el mundo de lo atómico? Pues agárrense porque PARA NADA. Vamos a poner varios ejemplos que les anticipo no van a creer y que describen muy bien este nuevo mundo:
1. Las cosas subatómicas pueden estar en… ¡varios sitios a la vez! Pueden tener diferentes estados al mismo tiempo, diferentes velocidades. ¡Al mismo tiempo! Es una locura. A esto se le llama superposición cuántica. Einstein odiaba este concepto. Es ridículo. El famoso “Gato de Schrodinger” (ojo que Schrodinger era otro padre de la mecánica cuántica) es una crítica a lo “absurdo” de esto.
2. Los objetos cuánticos están indeterminados (ver punto anterior) es decir, si hacemos una metáfora con colores, un objeto cuántico es rojo y azul al mismo tiempo hasta que… ¡lo miramos! Cuando se observa el objeto, cuando se le mide, entonces y solo entonces, decide si va a ser azul o rojo. Igual pasa con su posición; está, por así decirlo, en todos sitios y en ninguno hasta que decidimos mirarlo. Entonces decide donde quiere estar. Einstein que entendía que esto era una ridiculez, dijo al respecto: “Quiero creer que la luna está ahí incluso cuando no la estoy mirando” ¿tiene sentido no?
3. El mundo cuántico es probabilístico, no determinista. Explico esto bien porque es otra gran locura. En el mundo al que estamos acostumbrados, si yo conozco exactamente la geometría de una piedra, su peso, el viento y una fuerza y ángulo de lanzamiento, puedo saber exactamente dónde va a caer. Siempre. En el mundo cuántico no sería así, lo único que sabríamos es la probabilidad de que caiga en un sitio o en otro, pero no sabré a priori donde caerá. Seguro han escucha la famosa frase de Einstein mofándose de esto, “Dios no juega a los dados con el universo”
4. Agárrense a la silla porque vienen curvas. Pregunta fácil; ¿puede usted saber exactamente dónde está su coche? Obvio, estoy pasando por la puerta de mi peluquero. ¿y a qué velocidad va? Pues obvio que sí, me lo marca claramente el velocímetro. Pues, en el mundo cuántico no puedo saber ambas cosas. Si sé donde está una partícula no tengo ni idea de a qué velocidad se mueve y si mido su velocidad no tengo ni pajolera idea de donde está. Literalmente (y no, no estoy loco, mi madre me hizo tests de niño)
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5. ¿Siguen agarrados a la silla? Vamos con posiblemente el efecto más loco del mundo cuántico. El que Einstein llamó “Fantasmagórica acción a distancia” Existen partículas que están relacionadas. Si el color de una es rojo, SIEMPRE el color de la otra tiene que ser azul y al revés. Ahora recuerden que el color de la partícula está indeterminado, la partícula está al mismo tiempo en rojo y azul hasta que no se le mira. Imaginemos que tenemos dos partículas de este estilo, que siguen indeterminadas porque no han sido medidas y mandamos a una de ellas al otro extremo del universo, como se dice en España, al quinto pino. Ahora decidimos, por primera vez, medir una de ellas. Al medirla, la partícula decide que va a ser de color rojo. Pues…en ese mismo instante, aunque su compañera esté a millones de años luz, la otra partícula…toma el color azul. ¡Instantáneamente! Sin que haya ningún tipo de comunicación entre ellas. ¿no me digan que esto no es muy muy loco?
Ahora escuchen atentamente; todo, ABSOLUTAMENTE TODO en los ejemplos de antes es cierto. No solo son ciertos desde el punto de vista teórico, sino que han sido demostrados con múltiples experimentos prácticos (el Nobel de física del 2022 fue para la demostración del último punto) Einstein se pasó la mitad de su vida luchando contra molinos de viento.
El universo de lo atómico, el mundo de las pequeñas partes que nos componen parece irreal, absurdo, antiintuitivo y está regido por el azar. Un mundo que ha abierto la puerta a grandes descubrimientos y que seguramente, en un futuro no muy lejano, va a cambiar por completo nuestra existencia y el entendimiento de nosotros mismos. Una locura que da para más artículos. ¡que tengan un gran día y su tirada de dados sea maravillosa!.
Por Raúl Uriarte