En un acto de campaña en Iowa, el expresidente Donald Trump conmemoró el tercer aniversario del asalto al Capitolio de Estados Unidos vinculando el aumento de inmigrantes en la frontera sur con la insurrección «real». Trump continuó afirmando que las naciones han estado descargando prisiones y centros mentales para sustentar un volumen sin precedentes de travesías de migrantes. No hay evidencia de que este sea el caso.
En sus declaraciones, Trump insistió en que la verdadera insurrección radica en el flujo de migrantes, distanciándose de las acusaciones de incitar a la violencia en el Capitolio.
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Sus comentarios se produjeron después de un discurso del presidente Biden, quien lo describió como una amenaza a la democracia y recordó el 6 de enero como un día en el que «casi perdimos a Estados Unidos».
A medida que se acerca el proceso de nominación republicana, tanto Biden como Trump han utilizado el 6 de enero en sus campañas. Trump, bajo acusación federal, minimiza el motín y difunde teorías de conspiración sobre fraude electoral. Además, lamenta el trato a los encarcelados por los disturbios, etiquetándolos como «rehenes».
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En un evento en Iowa, Trump atacó a Biden como incompetente y una amenaza a la democracia. También criticó a compañeros republicanos, incluyendo al difunto senador John McCain, cuyo voto fue crucial para preservar la ley de atención médica de Obama. Las críticas de Trump se extendieron incluso a McCain, señalando sus limitaciones físicas debido a las heridas sufridas en Vietnam en 1967.
