El año 2023 quedará registrado en la historia de México como un período sombrío marcado por un alarmante aumento en la violencia, superando récords anteriores. A fines de mayo, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador alcanzó y superó la cifra de 156,000 víctimas de homicidio, estableciendo así un nuevo hito que anteriormente pertenecía al sexenio de Enrique Peña Nieto, catalogado como el más violento.
A pesar de la estrategia gubernamental de «abrazos, no balazos» respaldada por las Fuerzas Armadas y la implementación de la Guardia Nacional, el objetivo de garantizar la paz se vio eclipsado por cifras desalentadoras.
Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante el periodo comprendido entre el 1 de diciembre de 2018 y noviembre de 2023, se registraron en el país 166,278 asesinatos, incluyendo 161,518 homicidios dolosos y 4,760 feminicidios.
El mandato de López Obrador ha superado en homicidios al de Felipe Calderón, marcado por la llamada guerra contra el narcotráfico, y al de Enrique Peña Nieto, sumando un total de 121,613 y 156,066 homicidios respectivamente. Aunque el presidente reconoce que su administración es la más violenta, atribuye esta situación a la herencia recibida de gobiernos anteriores.
A pesar de los esfuerzos, los primeros cuatro años del gobierno actual no lograron reducir los homicidios a menos de 30,000 por año, una tendencia que se inició en los últimos años del gobierno de Peña Nieto. Aunque el gobierno reporta una disminución del 19% en los homicidios dolosos, algunos expertos predicen que la cifra total podría acercarse a las 200,000 víctimas de la violencia.
Episodios de secuestros, homicidios, enfrentamientos y ejecuciones extrajudiciales han marcado este periodo, sumiendo a México en una crisis sin precedentes en términos de seguridad.