El presidente Joe Biden enfrenta críticas crecientes de diversos sectores debido a su respaldo continuo a la guerra del gobierno israelí en Gaza. La utilización frecuente por parte de Israel de armas estadounidenses de gran tamaño en áreas urbanas densas, como las bombas de 2 mil libras, ha generado preocupación, según expertos citados por el New York Times. El ritmo de muertes en la ofensiva israelí en Gaza se considera sin precedentes en este siglo, con estimaciones de 10 mil mujeres y niños fallecidos.
Amnistía Internacional ha denunciado el impactante desprecio por las vidas civiles por parte de las fuerzas israelíes, instando a investigar los ataques como posibles crímenes de guerra. A pesar de las críticas, la Casa Blanca se ha centrado en destacar la pausa humanitaria, mientras que tras bastidores, el gobierno de Biden apresura la entrega de más armamento a Israel.
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Diversos líderes, incluidas las congresistas Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Alexandria Ocasio-Cortez, han presentado una resolución legislativa para frenar la entrega de bombas adicionales a Israel, respaldada por organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Sin embargo, el apoyo mayoritario a Israel en el Congreso complica la aprobación de la medida.
Aunque existe un silencio político generalizado, disidencia y oposición interna se manifiestan dentro del gobierno estadounidense. Más de mil funcionarios han expresado su oposición a la política de respaldo incondicional a la guerra de Israel en Gaza, y algunos grupos presionan en privado por un alto el fuego. La postura de Biden también enfrenta críticas de sectores árabe-estadounidenses y musulmanes, así como de votantes jóvenes, según encuestas recientes.
Las imágenes de la destrucción en Gaza causada por armamento estadounidense podrían tener repercusiones en el apoyo electoral hacia el presidente Biden y su administración.
