El ejército israelí ejecutó este viernes un «ataque preciso» contra el cuartel general de Hezbolá en Beirut, desatando una potente explosión que hizo vibrar la ciudad y dejó una nube de humo visible a kilómetros de distancia. El anuncio fue realizado por el vocero militar israelí, Daniel Hagari, en un mensaje televisado, horas después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu hablara ante la ONU reafirmando su intención de «seguir degradando a Hezbolá».
El estallido, que se sintió a unos 30 kilómetros al norte de Beirut, rompió ventanas y sacudió viviendas, mientras ambulancias se dirigían al lugar del impacto. El ataque ocurrió apenas una hora después del funeral de un comandante de Hezbolá, lo que eleva la tensión en la región.
Temprano en la jornada, otro bombardeo israelí acabó con la vida de nueve miembros de una familia en un pueblo fronterizo libanés. Líbano, que ya enfrenta una crisis humanitaria con decenas de miles de personas desplazadas, teme que los enfrentamientos puedan escalar hacia una guerra total entre Israel y Hezbolá.
En su discurso ante la ONU, Netanyahu aseguró que Israel continuará con sus operaciones hasta lograr sus objetivos en la frontera con Líbano, lo que reduce las esperanzas de una tregua impulsada por la comunidad internacional. Esta semana, Israel ha intensificado su campaña aérea sobre el Líbano, y aunque no se ha precisado la extensión de las acciones militares, se habla de la posibilidad de una invasión terrestre para neutralizar las amenazas en la zona fronteriza.
El incremento de las hostilidades ha reavivado el temor de los libaneses a una repetición del conflicto de 2006, cuando una guerra entre Israel y Hezbolá dejó amplias zonas del Líbano en ruinas. También existe el miedo de que el país pueda sufrir una devastación similar a la que enfrenta Gaza, donde la campaña militar israelí contra Hamás ya se ha extendido por casi un año.
El ministro de Salud libanés, Firass Abiad, informó que al menos 25 personas murieron en los ataques israelíes de este viernes por la mañana, elevando el total de fallecidos en el país a más de 720 en una semana. Entre las víctimas se encuentran muchas mujeres y niños, añadió.
El ejército israelí indicó que durante la mañana de este viernes llevó a cabo una serie de ataques en el sur del Líbano, incluyendo las ciudades de Sidón y Nabatiyeh. Los objetivos, según las autoridades, eran lanzacohetes e infraestructuras de Hezbolá. En respuesta, el brazo armado del grupo lanzó una andanada de cohetes hacia la ciudad de Tiberíades, en el norte de Israel.
La situación en la región sigue siendo crítica, con ambas partes intercambiando fuego y la comunidad internacional observando con preocupación el deterioro de la situación humanitaria.
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