Acostumbra a identificarse fascismo con extrema derecha, cuando en realidad es una actitud que recorre el espectro político. En la actualidad, se da la circunstancia de que fascistas descalifican a otros de fascistas. Existe la falaz convicción de que la izquierda no puede ser fascista. El fascismo más puro, ese que oscila entre la intransigencia y el autoritarismo, se aprecia en movimientos socialistas: castrismo, chavismo, peronismo. Caracteriza al fascismo el nacionalismo y el colectivismo, el autoritarismo y el populismo. La contradicción asoma sin apenas revisión crítica: Andrés Manuel, Presidente de México, acusa a Javier Milei, Presidente electo de Argentina, de facho, comparándolo con Hitler pero precisando que no lo compara con Hitler. El argentino, en el discurso pronunciado una vez que había ganado las elecciones, invitó a todos los que quisieran sumarse a su proyecto, independientemente de su filiación política. López Obrador, desde el momento mismo en que fue electo, inició una campaña de acoso contra sus adversarios. Milei opta por la concordia porque sabe que la concordia es necesaria para su revolución política. López Obrador prefiere el enfrentamiento porque su transformación sólo se dirige a un sector de mexicanos. Al argentino le importa el compromiso de todos sus compatriotas para comenzar una nueva historia. Al mexicano sólo le preocupa el compromiso de unos pocos para seguir con la misma historia que afirmó reinaugurar. Milei informa que instituciones pretende desaparecer argumentado el porqué. Andrés Manuel desaparece a voluntad las instituciones contradiciendo sus promesas de campaña. Javier Milei solicita el apoyo de los argentinos. López Obrador compra el apoyo de los mexicanos. Milei pretende recortar ayudas sociales para aliviar la carga impositiva de las clases medias. López Obrador fomenta el clientelismo obligando a su sucesora a elevar impuestos a las clases medias para enfrentar las deudas contraídas. Milei prioriza la lucha contra la corrupción. Andrés Manuel fomenta la corrupción entre su círculo cercano.
Javier Milei es un ciudadano, ajeno a la casta política, que privilegia la libertad del argentino. López Obrador, representante eximio de la casta política, manipula desde la mentira y la demagogia. Milei se antoja demócrata. Andrés Manuel, resabiado. Milei no esconde su moral porque considera que los ciudadanos deben conocer a su Presidente. López Obrador disfraza su moral porque el cálculo político dice que no es conveniente que sea conocido. Milei es transparente. Andrés Manuel, opaco. Milei se centra en la economía que es lo que conoce. López Obrador habla de todo porque conoce poco. Milei quiere rodearse de los mejores. Andrés Manuel sólo se rodea de cómplices. Milei desea acabar con la inseguridad porque entiende que asegurar la integridad de los argentinos es obligación de su investidura. López Obrador ha renunciado a su obligación de garantizar la seguridad de los mexicanos para no arriesgar aparentemente sus relaciones con el crimen organizado. Milei cuenta con la confianza de los ciudadanos. Andrés Manuel chantajea al pueblo. López Obrador sugiere que Milei es nazi. Milei proclama que quiere mejorar Argentina. López Obrador es populista. Milei, liberal.
¿Quién es el facho?
