David Beckham y el exseleccionador inglés Roy Hodgson fueron algunos de los presentes en el funeral de Sven-Göran Eriksson, celebrado este viernes en Torsby, su ciudad natal en Suecia. La ceremonia tuvo lugar en la iglesia Fryksände, donde el ataúd de Eriksson, cubierto con flores blancas y rodeado de seis velas altas, fue el centro de un emotivo homenaje.
«Hoy es un día de luto, pero también de gratitud», expresó la sacerdotisa Ingela Älvskog ante las 600 personas que se reunieron para despedir al histórico entrenador. Entre los asistentes destacaba David Beckham, quien llegó en un avión privado el jueves. El exfutbolista saludó con afecto al padre de Eriksson, de 95 años, y a otros familiares.
Eriksson, quien dirigió a la selección inglesa entre 2001 y 2006, periodo en el que Beckham fue capitán, falleció el 26 de agosto a los 76 años, tras una batalla de ocho meses contra el cáncer de páncreas. El sueco también fue seleccionador de México entre 2008 y 2009 y conquistó títulos en Italia, Portugal y Suecia durante su carrera.
Cerca de 200 lugares en la iglesia neogótica, construida en 1898, fueron reservados para familiares, amigos cercanos y exjugadores, mientras que el resto del espacio fue abierto al público, tal como había solicitado Eriksson. Además, se instaló una pantalla en el exterior para que los cientos de personas congregadas pudieran seguir el servicio, que fue transmitido en vivo por algunos medios suecos.
La ceremonia comenzó con una solemne interpretación de piano y órgano, pero más tarde se tornó un poco más ligera cuando la cantante sueca Charlotta Birgersson entonó «Candle in the Wind» de Elton John, seguida de un dueto con Johan Birgersson interpretando «My Way». Al final, la familia se acercó al ataúd para colocar flores mientras sonaba «Volare».
Al concluir el funeral, ocho portadores sacaron el ataúd de la iglesia y lo llevaron hasta el coche fúnebre, acompañados por una procesión de asistentes que caminaron hacia un museo local. Allí, se ofrecieron algunos discursos en un escenario al aire libre.
Roy Hodgson, quien inició su carrera como entrenador en Suecia y se enfrentó en varias ocasiones a Eriksson, calificó la ceremonia como «un tributo digno» al exentrenador. «Nos recordó cómo vivió su vida: con dignidad, valentía y la capacidad de hacer realidad los sueños de la infancia», reflexionó Hodgson.
El legado de Eriksson, tanto en Suecia como en el mundo del fútbol internacional, fue honrado con respeto y afecto por quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y trabajar a su lado.