Después de más de 12 horas de debate, los diputados aprobaron la reforma al Poder Judicial con una mayoría contundente, impulsada por la alianza Morena-PT-PVEM. La Cámara de Diputados dio luz verde tanto en lo general como en lo particular a esta reforma, la cual propone, entre otros puntos, que jueces, magistrados y ministros sean elegidos mediante voto popular.
Con 359 votos a favor y 135 en contra, los diputados aprobaron en lo general la reforma, y en lo particular, la votación finalizó con 357 votos a favor. Ahora, el dictamen será enviado al Senado para continuar su proceso legislativo, con la expectativa de que sea revisado directamente en comisiones.
El proceso de votación tomó más de una hora debido a la sesión realizada en una sede alterna y la falta de sistema electrónico de votación. La aprobación general y los artículos reservados se realizaron pasadas las 8:00 de la mañana, y la sesión finalizó aproximadamente a las 9:35 am.
Inicialmente, se preveía que Morena y sus aliados aprobarían el dictamen sin cambios, pero al final aceptaron algunas reservas propuestas por la mayoría legislativa, mientras que las de la oposición fueron rechazadas. Aunque se presentaron más de mil 600 propuestas de modificación por parte de todos los partidos, solo se discutieron 68, de las cuales tres fueron aceptadas: una del PT, otra del PVEM y una última de Morena.
La modificación del PVEM permite a los magistrados de circuito y jueces de distrito ejercer la abogacía fuera de su jurisdicción al dejar el cargo, un cambio al dictamen original que les prohibía representar legalmente durante los dos años posteriores a su retiro. La reserva del PT añadió lenguaje inclusivo en el uso de la palabra «jueza» en varios artículos que antes solo mencionaban «jueces». Finalmente, la modificación presentada por Arturo Ávila, de Morena, establece que los magistrados de circuito, juezas y jueces de distrito que concluyan su mandato recibirán un pago equivalente a tres meses de salario.
Sesión en sede alterna y con protestas
La sesión donde se aprobó la reforma judicial, una de las principales propuestas del presidente López Obrador, se llevó a cabo en la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca, debido a que trabajadores de juzgados federales bloquearon todos los accesos a la Cámara de Diputados en señal de protesta.
La sesión estaba programada para comenzar a las 10:00 am, pero inició cerca de las 5:00 pm, tras varios contratiempos logísticos causados por el cambio de sede de última hora. Durante su intervención, Ricardo Monreal, en una tribuna improvisada, reafirmó la firmeza del movimiento: «No vamos a titubear», dijo, mientras su voz resonaba en la Sala de Armas.
Leonel Godoy, otro líder de Morena, también expresó su apoyo a la reforma, señalando que esta busca garantizar una justicia digna, democrática y beneficiosa para el país.
La oposición
Los partidos de oposición, desde temprano, dejaron claro que votarían en contra de la reforma al Poder Judicial, postura que mantuvieron durante todo el debate. Su primera oposición fue contra el cambio de sede, decisión promovida por Morena debido al bloqueo en la Cámara de Diputados. Aunque el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano rechazaron esta medida, Morena y sus aliados utilizaron su mayoría calificada para aprobar la Sala de Armas como el lugar alternativo para la sesión.
Una vez perdida esta batalla, la oposición elevó su voz contra la reforma judicial, aunque poco pudo hacer debido a la mayoría calificada de Morena, suficiente para aprobar reformas constitucionales sin necesidad de acuerdos con la oposición.
Paulina Rubio, diputada del PAN, expresó: «Esta reforma es fruto de la venganza que el presidente de la República ha iniciado contra un Poder Judicial que no se doblegó ni sucumbió». En tanto, Jericó Abramo Masso, del PRI, criticó que esta reforma vulnera la independencia del Poder Judicial al alinearlo con los intereses del Poder Ejecutivo y Legislativo.
Movimiento Ciudadano también se sumó a las críticas, con Juan Ignacio Zavala afirmando que los cambios propuestos no resuelven los problemas de justicia en México, sino que los agravarán, calificando la reforma como obsoleta y contraproducente para las futuras generaciones.
