Una considerable fuga de petróleo crudo se ha registrado en la zona rural de Altamira, ocasionando la contaminación de más de 30 hectáreas de terrenos de cultivo y provocando un serio daño ecológico. El derrame ha afectado presas recientemente abastecidas por las lluvias y se ha esparcido de manera lineal debido a los escurrimientos.
El incidente ocurrió en el ducto Madero-Cadereyta, propiedad de Petróleos Mexicanos (Pemex), que sufrió una nueva ruptura a la altura del kilómetro 60, cerca de Villa Cuauhtémoc en Altamira. El hidrocarburo derramado ha afectado al menos dos ranchos, causando daños significativos.
María Luisa Cuevas Rivera, Directora de Protección Civil, informó que el personal de Pemex estaba realizando trabajos de mantenimiento en los ductos cuando se produjo la fuga. «Al utilizar nitrógeno en el proceso de limpieza, se originó una ruptura en un punto vulnerable del ducto cerca del kilómetro 60, lo que provocó el derrame. Como el terreno estaba saturado, el petróleo se esparció rápidamente», explicó.
Los escurrimientos han afectado cultivos de chile serrano, chile jalapeño y papaya, así como zonas de pastizales para ganado. Sin embargo, lo más preocupante es la contaminación del suelo agrícola, que podría tardar mucho tiempo en recuperarse.
El petróleo también ha contaminado presas donde se cultivan especies de agua dulce y que sirven como fuente de agua para el ganado y los sistemas de riego de los cultivos.
Pemex ha respondido al incidente, movilizando maquinaria pesada para localizar el origen de la fuga e iniciar los trabajos de reparación. Sin embargo, los productores afectados están preocupados por la indemnización por los daños a sus cultivos y, sobre todo, por la recuperación de sus tierras.
