El Papa Francisco ha emprendido su viaje internacional más extenso hasta la fecha, que se prolongará hasta el 12 de septiembre. Durante 12 días, el pontífice visitará cuatro países en Asia y Oceanía: Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.
Este ambicioso itinerario representa un esfuerzo considerable, con un total de 44 horas de vuelo repartidas en siete trayectos, además de enfrentar hasta ocho horas de diferencia horaria.
Francisco se convierte en el tercer papa en visitar Indonesia, siguiendo los pasos de Pablo VI en 1970 y Juan Pablo II en 1989. En un país donde los católicos representan menos del 3% de la población, frente a una mayoría musulmana del 87%, el Papa centrará su visita en fomentar el diálogo interreligioso.
En Yakarta, una ciudad gravemente afectada por la contaminación y las inundaciones, se espera que Francisco aborde el tema del cambio climático, haciendo un llamado a la acción global.
El jueves, está previsto un encuentro interreligioso en la mezquita Istiqlal, la más grande del sudeste asiático, que contará con la participación de líderes del islam, cristianismo, protestantismo, budismo, hinduismo y confucianismo. En esta ocasión, el Papa firmará una declaración conjunta con el gran imán de Indonesia, Nasaruddin Umar, enfocada en la lucha contra la deshumanización por conflictos, la violencia hacia niños y mujeres, y la protección del medio ambiente.
Un gran desafío físico
A sus casi 88 años, el líder de los 1,300 millones de católicos continúa enfrentando desafíos de salud, habiendo pasado por una cirugía abdominal en 2023 y padecido varias infecciones respiratorias. Su movilidad está limitada, utilizando una silla de ruedas o un bastón para desplazarse.
A pesar de las exigencias físicas que implicará este viaje, con 16 discursos programados y múltiples cambios horarios, el Vaticano ha confirmado que el Papa estará acompañado por el mismo equipo médico que lo ha asistido hasta ahora, compuesto por un médico y dos enfermeras.