El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sugirió el jueves que el líder venezolano Nicolás Maduro podría considerar la convocatoria de nuevas elecciones con la supervisión de observadores internacionales como una posible solución a la crisis política en Venezuela.
Lula también mencionó que la formación de un «gobierno de coalición» podría ser otra alternativa para Venezuela, tras las controversiales elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que tanto Maduro como la oposición han afirmado haber ganado.
«Si (Maduro) actúa con sensatez, podría plantear al pueblo la idea de nuevas elecciones con un comité electoral imparcial», expresó Lula en una entrevista de radio
El presidente brasileño indicó que aún no reconoce a Maduro como el legítimo ganador de las elecciones y que su gobierno está a la espera de la publicación de los resultados de la votación que aún no han sido divulgados.
«Maduro sabe que debe una explicación a Brasil y al mundo entero», afirmó Lula.
Brasil, junto con Colombia, ha estado buscando una solución para la crisis en Venezuela. Lula y su homólogo colombiano, Gustavo Petro, conversaron por teléfono el miércoles, aunque no se dieron a conocer detalles de su diálogo.
Celso Amorim, principal asesor de política exterior de Lula, declaró ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que Brasil no ha presentado formalmente una propuesta para nuevas elecciones en Venezuela. «Estamos comprometidos en encontrar una solución que sea democrática, electoral y pacífica para Venezuela», señaló Amorim.
La autoridad electoral venezolana proclamó a Maduro como ganador de las elecciones de julio con el 51% de los votos, aunque aún no ha divulgado el recuento detallado de los sufragios.
Por otro lado, la oposición afirma que su propio recuento muestra que Edmundo González obtuvo el 67% de los votos, ganando por un margen de casi 4 millones de votos, y ha publicado copias escaneadas del recuento en un sitio web.
Más de dos semanas después de que Maduro se autoproclamara reelegido, Estados Unidos y otros países occidentales han mostrado pocas señales de intervenir con firmeza ante lo que muchos consideran un fraude electoral.
Representantes tanto del gobierno como de la oposición en Venezuela han rechazado previamente la idea de convocar nuevas elecciones.
