A pocos días de su inesperado despido, Sam Altman, cofundador y ex director ejecutivo de OpenAI, está en negociaciones con la junta directiva para retornar a su rol principal en la empresa de inteligencia artificial. Las conversaciones, que también involucran a Greg Brockman, ex director de la junta, según informaron fuentes a The New York Times, sugieren un posible regreso de ambos ejecutivos a la compañía.
Altman, reconocido por su papel como la cara pública de la firma y un impulsor clave del popular «chatbot» de IA, ChatGPT, ha recibido respaldo de varios inversionistas, según reportes del Times, respaldo que podría ser fundamental en su intento por retomar el cargo. Asimismo, Brockman, quien renunció tras el despido de Altman, también está involucrado en las negociaciones para volver a la empresa.
A pesar de estas discusiones, fuentes cercanas a las conversaciones advierten que no hay garantías sobre el retorno de estos ejecutivos a sus anteriores posiciones en OpenAI. Esta situación ha generado incertidumbre sobre el futuro de la compañía y sus líderes.
Microsoft, uno de los principales inversores de OpenAI, se encuentra entre los partidarios de la vuelta de Altman, habiendo invertido una suma considerable en la empresa. Consideran a OpenAI como un socio estratégico en el ámbito de la inteligencia artificial, como lo señaló la cadena CNBC.
El despido repentino de Altman, el viernes pasado, marcó un giro sorpresivo en la estructura de poder interno de la compañía, tomando desprevenido al ecosistema tecnológico, especialmente en Silicon Valley.
La junta directiva emitió un comunicado explicando que la decisión se basó en la falta de consistencia en las comunicaciones de Altman con el órgano, lo que afectó su capacidad para cumplir con las responsabilidades asignadas. Además, se anunció la designación de Mira Murati como consejera delegada interina mientras se busca un reemplazo permanente.
OpenAI, cofundada por Altman y Elon Musk en 2018, ha estado en la vanguardia de los avances en inteligencia artificial generativa desde el lanzamiento de ChatGPT hace un año. La compañía opera como una entidad sin fines de lucro, con una junta mayoritariamente independiente y sin influencia directa de los inversores en las decisiones.
Por otro lado, se especula que algunos empleados de OpenAI podrían considerar la posibilidad de abandonar la empresa y unirse a Altman y Brockman en la formación de una nueva compañía, dados los recientes acontecimientos y la incertidumbre en torno a la dirección futura de OpenAI.
A pesar de las expectativas y las conversaciones en curso, la situación sigue siendo fluida y no se ha confirmado ningún retorno definitivo de Altman y Brockman a la compañía, dejando en suspenso el futuro de la empresa y de aquellos que la integran.
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