Todos hemos experimentado ese incómodo momento en el que nuestro teléfono suena, contestamos y, de inmediato, la llamada se corta. Los especialistas han denominado a este fenómeno “robocalling”, una técnica empleada tanto por empresas como por estafadores.
Este tipo de llamadas se realiza mediante un software que ejecuta llamadas masivas de forma aleatoria. Cuando un usuario responde, el número es registrado, confirmando que el contacto está activo.
Conocidas también como “llamadas fantasma”, estas suelen causar frustración y desconfianza en quienes las reciben, especialmente porque se pueden recibir múltiples llamadas en un solo día de números bloqueados o desconocidos.
Aunque muchos usuarios optan por bloquear estos números, esta medida no es una solución definitiva. Las llamadas pueden originarse desde diferentes softwares o líneas, ya que los datos del usuario están en manos de empresas o defraudadores que los utilizan para ofrecer productos, servicios o incluso para llevar a cabo actos de extorsión.
Una nueva variante del “robocalling” incluye la grabación de las llamadas, lo que permite determinar si la persona que responde es susceptible de ser engañada. Además, pueden utilizar la frecuencia de la voz para otros tipos de fraudes.
Es importante aclarar que grabar una conversación sin el consentimiento del usuario es ilegal. Ninguna empresa, aunque esté debidamente registrada, tiene el derecho de hacerlo.
La policía cibernética recomienda no devolver llamadas a estos números desconocidos, ya que esto podría sumar cargos adicionales a tu factura telefónica, ya sea fija o móvil.
Combatir las llamadas fantasma sigue siendo un desafío para las autoridades y los usuarios. No existe una solución definitiva para este problema, por lo que se aconseja no contestar llamadas de números desconocidos o encriptados. Si decides contestar y no recibes una respuesta inmediata, lo mejor es colgar.
