Había gran expectativa en el equipo mexicano de marcha en la prueba de maratón por relevos que se desarrolló en el hermoso circuito de París, a los pies de la Torre Eiffel. El primer tramo fue la oportunidad de Ever Palma quien, junto con Alegna González quinta en los 20k, saltó con gran esperanza.
Tomaron la salida 25 equipos con integrantes medallistas olímpicos hombres y mujeres, entre lo que destaca la participación de España con María Pérez, plata individual al lado de Álvaro Martín, el campeón Olímpico de 20k Brian Pintado, la peruana Kymberly García y muchos más.
Desde hace tiempo la marcha de hombres en México no ve la luz al final del camino y Ever no es la excepción y, aunque tiene participaciones Olímpicas en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, no puede ser considerado el más rápido para las distancias de la prueba como quedó de manifiesto.
Ever entregó la estafeta después del primer tramo en el lugar 13.
Alegna hizo una verdadera hazaña, remontó a todas las marchistas, logró el mejor tiempo en ese tramo y entregó la estafeta con solvencia.
Una a una se fueron quedando en el camino.
Nuevamente Ever tomó la estafeta y la regreso atrás, en el séptimo lugar pero con escasas posibilidades de medalla y aunque Alegna volvió a ser la más rápida del mundo en el tramo que le correspondió, solo le alcanzó para el quinto lugar.
La medalla quedó a tan solo 1 minuto, pero puedo decir que Alegna mostró su valentía, su fuerza y su inteligencia. Son 26 años, apenas 48 kg. de peso, pero el corazón más grande que puede tener un deportista. Esta marchista, que pertenece a las Fuerzas Armadas, merece reconocimiento, respeto y sin duda apoyo para seguir en Los Ángeles.
Reconozco el gran trabajo de Ignacio Zamudio, quinto lugar olímpico en Atlanta y ahora el mejor entrenador de caminata de México.
Para ganar medallas hay que prescindir de sentimentalismos. En la prueba de marcha por relevos debieron caminar los mejores y, en el caso de los hombres, había tres atletas por encima de quien saltó a la pista.
Las medallas también se pierden en los escritorios.